O Grove obligará a los locales a instalar un dispositivo para medir el ruido

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

La medida, que tendrá un coste de 50 euros, se incluye en la ordenanza, que será debatida en el pleno del lunes

24 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

O Grove tiene ya lista la nueva ordenanza de contaminación acústica, que será debatida en el pleno que la corporación celebrará el lunes. La misma busca acabar con el problema que el ruido genera en determinados lugares del municipio. Para ello, se obligará a todos los locales a instalar un dispositivo que mida los niveles acústicos que se registran en el interior. Este estará conectado de forma automática con la Policía Local, que podrá actuar y sancionar en aquellos casos en los que se superen los límites establecidos. Este sistema tendrá un coste de entre veinte y cincuenta euros, explicó el alcalde, José Cacabelos.

Esta medida afectará a «todas as actividades que produzan perturbación por ruído, nas que os niveis de ruídos sexan producidos por máquinas, fontes musicais ou actividades que xeren ruídos». El sistema a instalar es un «sonógrafo-rexistrador», que estará conectado a una red que enviará los datos directamente a la Policía Local. «De esta forma, los agentes podrán conocer la cantidad de ruido que hay y actuar y sancionar en consecuencia», explica el regidor meco. Este mismo sistema podría tener que instalarse en aquellas terrazas, en caso de que se demuestre que en estas se hace más ruido del permitido. A mayores, los establecimientos con equipo musical deberán contar con una doble puerta, que tendrá que estar cerrada. Y tendrán que incluir un cartel en el que informen sobre los picos de ruido que se generan en el local y en el que se advierta de que una exposición permanente al ruido puede provocar lesiones en el oído.

Pero la nueva ordenanza de ruidos va más allá de los problemas que puedan ocasionar los establecimientos de hostelería. Obliga al Concello a elaborar un mapa del ruido, destacando aquellas zonas en las que se registren niveles acústicos más altos. En estas se podrán introducir una serie de medidas correctoras para solventar el problema. La ordenanza recoge incluso la posibilidad de limitar el tráfico rodado en determinadas zonas si se comprueba que las emisiones acústicas superan a las establecidas en esta normativa.

La ordenanza recoge tres tipos de infracciones: leves, graves y muy graves. Las primeras se penarán con multas de entre 100 y 600 euros y las segundas de entre 600 y 12.000 euros. Las terceras, además de una sanción de hasta 300.000 euros, pueden incluir la suspensión de la licencia por un período de entre uno y cinco años o la clausura definitiva de las instalaciones. Aquellos establecimientos que actualmente incumplan la normativa dispondrán de un plazo máximo de un año para poder adaptarse y cumplir con todos los requisitos exigidos.

Las sanciones más graves podrán incluir la suspensión de la licencia