Una clasificación engañosa oculta el papel de equipo al alza del cuadro aurinegro, invicto las 7 últimas jornadas, ante un rival que cede 2 de cada 3 puntos desde el 15 de noviembre
04 feb 2016 . Actualizado a las 16:23 h.C.D. Ribadumia, decimosexto con 25 puntos, dos por encima de la zona de descenso; Arousa, decimosegundo con 30, siete por debajo de los puestos de promoción a Segunda B. Así reza en la clasificación del grupo gallego de la Tercera División a escasos tres días del segundo acto del derbi arousano de la categoría (A Senra, domingo 17 horas). Y sin embargo, el peso de las dinámicas de competición amenaza con hacer desaparecer la gravedad, para voltear los papeles de favorito y secundario con ansia de merendarse al sobre el papel protagonista de la historia.
Cinco puntos son muchos puntos en una liga tan igualada como lo está siendo la Tercera 2015/16. Pero en el caso que nos ocupa a buen seguro son muchos los aficionados, de uno y otro equipo, los que piensan que, hoy por hoy, es el C.D. Ribadumia el que parte con el cartel de favorito en el encuentro de la vigésimo cuarta jornada del campeonato. No en vano, los de David Sierra encadenan siete jornadas sin conocer derrota. Y con más victorias, cuatro, que igualadas, tres, lo que arroja un balance de 15 puntos de los últimos 21 en juego. Esto es, un rendimiento de capital del 60 %.
El porcentaje impresiona más cuando la contabilidad incluye 14 goles a favor por tan solo 5 en contra, con tres goleadas por 3-0, 1-3 y 4-1, y dos encuentros en los que la portería aurinegra acabó a cero. Y un último dato: la serie de los de Sierra empezó con un 3-0 sobre el hoy quinto clasificado, el Silva, y puso su hasta el domingo última coma con un empate ante el segundo en la tabla, el acaudalado Boiro. Todo lo anterior, con el Ribadumia adaptándose a todo tipo de terrenos y estilos de juego.
En el Arousa la dinámica es diametralmente opuesta. Con solo 8 puntos de los últimos 21 en juego (2 triunfos, 2 empates y 3 derrotas). Es decir, un escaso rendimiento del 33 %. El problema para el conjunto que dirige Piscis es que lo suyo no es ya una simple tendencia, sino una constante desde que el 15 de noviembre el cuadro arlequinado se quedaba con las ganas de encadenar tres victorias por vez primera en la presente campaña al no pasar del 0-0 con el As Pontes en A Lomba. A partir de entonces, solo dos partidos ganados por el plantel vilagarciano, con cinco repartos de puntos con sus sucesivos rivales y cuatro derrotas, tres de ellas desde el reinicio de la competición en el 2016. Y aunque los de Piscis han salido del pozo ofensivo en el que cayeron durante mes y medio, con un solo gol en cinco partidos, su producción ofensiva sigue siendo alarmantemente escasa, con media docena de tantos en los últimos cinco encuentros.