Educación y mediocridad

Serxio González Souto
Serxio González LA COSA POLÍTICA

VILAGARCÍA DE AROUSA

17 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Merece la pena detenerse a reflexionar sobre el marasmo mediático en el que permanecemos sumergidos, allá, al fondo a la derecha, y nuestra capacidad real para discernir la información que nos concierne del estrépito narcotizante que la rodea. Hace cosa de una semana, centenares de mentes entumecidas se congregaban en Madrid, en trincheras enfrentadas, con el encomiable propósito de salvar a Carlos Lozano, los unos, a Laura Matamoros, los otros. ¿Qué grave amenaza pendía sobre ambas criaturas catódicas que justificase semejante movilización? La expulsión de Gran Hermano VIP, ahí es nada. Días más tarde, apenas cincuenta chavales secundaban en Vilagarcía la concentración convocada por las organizaciones estudiantiles. Lo que estaba en juego no era la identidad del famosete de saldo al que conceder un saco de euros y una gorra panameña, sino el porvenir de una ley educativa que puede marcar a sangre y fuego un futuro de segregación entre quienes tengan las carteras repletas para seguir aferrados a la cúspide del sistema y quienes pierdan pie en la escalada social y se precipiten al vacío, enredados en las telarañas que habitan sus bolsillos. Padres había pocos. Algunos acababan de descubrir que la célebre LOMCE atrapará a sus hijos en un laberinto de reválidas. En eso consisten, por lo visto, las mejoras prometidas. Acuérdense de la Matamoros cuando hagan cola tratando de matricular a sus retoños en centros públicos con el personal administrativo reducido a su mínima expresión. Ella seguro que se acuerda de todos nosotros mientras se pule su maletín.