El 53 % de los alumnos de Arousa le dan la espalda a la reválida de 6º.

Que una medida implantada por ley encuentre, a las primeras de cambio, un nivel de rechazo del 53 % es lo suficientemente elocuente sobre la opinión que dicha iniciativa despierta entre la población a la que va dirigida. Ayer, más de la mitad de los 1.010 alumnos que cursan 6º. de Educación Primaria en la comarca de Arousa se quedaron en casa en lugar de acudir a sus respectivos colegios para enfrentarse a la controvertida reválida. A falta de contabilizar los datos del centro de Baión -fue el único de los 34 que funcionan en los once municipios de la demarcación que se negó a facilitarlos- un total de 474 chavales participaron en las pruebas evaluativas frente a los 525 que no lo hicieron. Un 47 % frente al 53 % ya mencionado.

Cuando se entra en el detalle municipal, el mapa de la reválida se muestra enormemente heterogéneo en Arousa. El porcentaje más elevado de contestación corresponde a Meaño. Especialmente al colegio de As Covas, en el que solo uno de catorce alumnos de 6º. se presentó en el centro. Valga anda muy cerca, ya que aunque siete de los doce chavales del Ferro Couselo sí fueron a clase, solo cinco de 28 lo hicieron en Baño. En Meis, con un grado de abstención también muy alto, fue Mosteiro (únicamente 8 de 37 escolares en las aulas) el que inclinó la balanza en contra de las polémicas pruebas.

Vilagarcía merece dos lecturas. El rechazo entre los ocho centros públicos de Educación Infantil y Primaria es el mayor de toda la comarca. Apenas uno de cada cinco alumnos se personaron en clase. Los dos colegios concertados, Sagrada Familia y San Francisco, ofrecieron, en cambio, niveles de participación superiores al 82 %. Es por ello que la media global de ausencias se queda en un 65 % en lugar de ser mayor.

Llega el momento de detenerse en los puntos extremos que deparó la primera de las tres jornadas de reválida. En cuatro colegios no acudió nadie a examinarse. Se trata de Rubiáns y Vilaxoán, ambos en la capital arousana, Corvillón, en Cambados, y San Roque, en Vilanova. En el polo opuesto, los dos concertados, Sagrada Familia (96% de participación, cuyas únicas faltas se debían a motivos médicos o de exención de las pruebas) y San Francisco (82%), así como los cuatro centros de O Grove, con el Valle-Inclán, en el que 35 de 36 chavales fueron a clase (un 97 %), a la cabeza.

La villa meca fue, de hecho, junto a Pontecesures, el enclave de Arousa que registró el mayor grado de participación, con un 87 %. Ambos municipios conforman junto a Ribadumia el triplete de los concellos en los que acudieron más niños a clase de los que faltaron. Catoira y Vilanova se quedaron en terreno neutro: la mitad dentro, la mitad fuera.

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