La organización del Triatlón Rías Baixas ni siquiera solicitó permiso en Caldas

A medida que se van conociendo los pormenores del fiasco que condujo a la suspensión del Triatlón Rías Baixas, más comprometida se está viendo la actuación de la empresa organizadora, Bonza Venture en colaboración con GV Sports. Ayer se confirmó que, aunque la firma tramitó las autorizaciones de mayor calado -Xunta, Dirección General de Tráfico, Autoridad Portuaria, Capitanía Marítima y, obviamente, la del Concello de Vilagarcía- olvidó una imprescindible: la del Ayuntamiento de Caldas, donde se ubica la rotonda de Godos, uno de los puntos extremos del recorrido previsto para el sector de ciclismo. Fue, precisamente, la falta de medios y de personal la que a la postre condujo, el domingo, a la cancelación de la prueba con los 360 atletas inscritos prácticamente en el agua.

El informe de la Federación Galega de Triatlón subraya que este fue el motivo que llevó a la suspensión del evento, si bien se detiene también en la ausencia de una segunda zódiac en la playa de A Compostela, que el Concello había comprometido. Este error no habría impedido la celebración de la competición, pero sí contribuyó a la acumulación de retrasos. Ayer, el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, se dirigió al presidente del ente federativo, Óscar Jesús Surís, para abordar lo ocurrido. Pero, sobre todo, con el objetivo de convocar otra prueba, sin costes de inscripción para los deportistas que esperaron en vano durante hora y media un pistoletazo de salida que nunca se produjo.

Ravella, explican fuentes municipales, quiere resarcir a los inscritos del mal sabor de boca y reparar en lo posible el daño causado a la imagen de la ciudad. El gobierno local tratará de contar con atletas de referencia en esta segunda oportunidad.

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