Pikachu, capturado tras una noche de caza Pokémon en Vilagarcía

sara meijide. R.E. VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

Cuando el sol se esconde, decenas de «pokemaníacos» salen a las calles arousanas para conseguir nuevas criaturas

28 jul 2016 . Actualizado a las 11:00 h.

Como cada noche después de cenar, Saúl Vázquez sale en busca de nuevas criaturas pokemitas que sumar a su colección. A pesar de no disponer de un teléfono propio, él sabe cómo ingeniárselas para ser un maestro pokémon. Saúl lleva cerca de una semana con el juego instalado en el móvil de su madre, pero ya se ve con experiencia para dar algunos consejos que sirven de ayuda en estas duras «noches de caza». En primer lugar hay que tener claro que «no hay que ir guapos, hay que ir cómodos para cazar», y si eres tan pequeño como él debes buscar un fiel acompañante como «mamá, papá o las primas», explica Saúl. Este segundo consejo es más oportuno de lo que puede parecer a simple vista. A pesar de que mucha gente ve Pokémon Go como una simple diversión, ya se han dado casos en los que la aplicación ha jugado una mala pasada a los cazadores. Desde golpes con farolas o señales por no despegar los ojos de las pantallas, hasta caídas que ponen en peligro la integridad física de las personas.

Ser un buen maestro pokémon depende, en gran medida, del entrenamiento, pero también hay que tener instinto. El olfato de este joven de diez años le ayuda a capturar una media de doce pokémons la hora, y eso que aún está «empezando» en esta realidad virtual. «Ayer donde más cogí fue en el puerto», asegura. Efectivamente, basta con recorrer una sola vez este paseo para toparte con especies constantemente. Staryu, Golbat, Electrode, Seel o Poliwag son algunas de las criaturas que se esconden por el paseo marítimo. «¡Ey, para Que me apareció un Seel!», grita Saúl «¡Y a mi también!», añade una adolescente que jugaba junto a su madre por la zona. Otro de los puntos con mayor éxito en las reuniones de pokemaniáticos es el Miguel Hernández, donde la caída del sol se convierte en la llamada a la caza. Solos o en pareja, en grupos de amigos o de desconocidos, da igual la forma y la compañía, Pokémon Go ha elevado la media de edad de las visitas al parque arousano.

Sin embargo, el auge de la caza de anoche llegó en el lugar más inesperado de la ciudad: La Alameda. Contra todo pronóstico, el pequeño Vázquez se encontró, y sumó a su colección, nada más y nada menos, que al deseado Pikachu, «el mejor valorado de todos los pokémons». Al parecer, varios arousanos afirmaban que el mayor exponente del mundo pokémon, Pikachu, se encontraba en el recinto ferial de Fexdega, pero lo cierto es que su nuevo escenario está en el centro vilagarciano.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan estos gamesharks es la batería que gasta la aplicación. Tras salir de casa con un 56% de carga en el smartphone la duda invadía al pequeño Saúl. «¿Para cuánto tiempo nos llegará?», preguntaba. Y es que la idea de llevar encima las «baterías portátiles» para retrasar lo máximo posible el fin de la captura es una realidad para muchos de los jugadores. Aunque las acciones en bolsa hayan caído, Pokémon Go sigue siendo un éxito entre los vecinos de la capital arousana. De el que disfrutar por las noches.