Los secretos de las aguas arousanas

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

n. medussa

El potencial que guarda la ría comienza a llamar la atención de submarinistas de toda España

23 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las grandes cualidades que se destacan de la ría de Arousa es que es navegable prácticamente los 365 días del año. Una cualidad de la que hablan sin parar los regatistas y que la convierten en un lugar ideal para practicar el deporte de la vela. Lo que poca gente sabe es que al igual que se pueden surcar sus aguas existe la posibilidad de adentrarse en ellas y disfrutar de los espectaculares secretos que guardan. «Todas las semanas se puede salir. Siempre hay alguna zona que está abrigada», explica Ángel Romero, de Náutica Medussa. Su empresa organiza inmersiones y él sabe muy bien de lo que habla. El potencial turístico del submarinismo es tan espectacular como, por el momento, poco explotado.

Bucear bajo las bateas

Romero destaca que son muchos los submarinistas que llegan a la ría Arousa para disfrutar de una circunstancia que solo se produce aquí, poder bucear bajo las bateas. Una experiencia que impresiona a quien la disfruta por primera vez. Y no es el único paisaje submarino espectacular. La ría guarda dos barcos hundidos que son una auténtica maravilla. El Aries, a 18 metros de profundidad, está al alcance del buceador más inexperto. Con la titulación mínima ya se está en condiciones de llegar a él. Más dificultades presenta otra de las joyas de la corona, el Alejandro. Tener la posibilidad de bucear en Sálvora, en todo un parque nacional, es otro lujo al alcance de muy pocos y que en Arousa tenemos prácticamente al lado de casa.

Poco a poco el submarinismo se está consolidando como un potencial turístico más. La prueba innegable se produce en la temporada alta. Durante el verano la demanda es alta pero también lo será dentro de unos días. «En Semana Santa vendrá mucha gente de fuera de Galicia. Sobre todo de Madrid y del norte de España», apunta Ángel Romero. La mayoría llegan ya con los papeles en regla. En todo caso, y con un pequeño interés, la titulación mínima, que exige formación teórica y práctica, se puede sacar en un plazo inferior a dos semanas. La edad mínima es de 14 años. Los menores de edad, además, deben ir acompañados en las inmersiones por un tutor legal. El título obtenido, que permite por ejemplo tener el pecio Aries al alcance, es válido para navegar en cualquier parte del mundo.

Una treintena de naufragios

El Aries se hundió en la isla de Rúa en 1977 y es la gran referencia para los amantes del submarinismo pero ni él ni el Alejandro, que naufragó en 1961, son ni mucho menos los únicos buques que reposan en las aguas de la ría. Una treintena de barcos han acabado en los fondos arousanos. Sus restos, sin embargo, ya prácticamente han desaparecido. Sucede, por ejemplo, con el Santa Isabel, al que Xurxo Melchor define acertadamente como el Titanic arousano. El 2 de enero de 1921 embarrancó junto a la isla de Sálvora y en el naufragio murieron 213 de las 266 personas que iban a bordo. La intervención de los vecinos de la isla, que salieron con sus dornas a rescatar a los supervivientes, fue clave ya que solo un bote salvavidas consiguió llegar a la playa. Lo cuenta José Ramón Ares en El tributo del Mar de Arousa, un estudio que está incluido en el libro Historia y vida de la ría de Arousa, de Manuel Fajardo Chicolino. Del Santa Isabel poco queda ya, apenas algún trozo de metal, porque ha sido expoliado. La lista es extensa: Bikargi Mendi, Spezzia, Azkarate, Velázquez... Su ubicación también. Incluso hay alguno cerca de la isla de Cortegada, pero en una zona peligrosa para el buceo. No hay por qué meterse en dificultades. El Aries es todo un espectáculo y está ahí al lado. Uno de los grandes secretos que guardan las aguas arousanas y que deben salir a la luz.