«Ser un ignorante me hace mucho más feliz»

La Voz

VILAGARCÍA DE AROUSA

El Sevilla presenta mañana en Vilagarcía su monólogo «Reflexiones del hombre lengua»

24 mar 2017 . Actualizado a las 22:01 h.

Ataviado con una túnica al estilo heleno se asoma al escenario El Sevilla. Y desborda el absurdo. La última vía de escape para la incontinencia mental y verbal de Miguel Ángel Rodríguez ha sido este monólogo acerca de la felicidad, con el que ya lleva más de 120 funciones.

-Dice que no se parece a los monólogos actuales, ¿por qué?

-Porque el modelo que se ha impuesto es el de El Club de la Comedia y el mío es un espectáculo de una compañía teatral con un solo actor. Con su dirección artística y todo lo demás.

-¿Qué es un hombre lengua?

-El hombre lengua soy yo. La lengua es mi única arma sobre el escenario. Y es el músculo más desarrollado que tengo. Me habría gustado llamar a este espectáculo Reflexiones del hombre abdominales, pero iba a ser mentirle a la gente.

-¿Cuántas veces se la ha tenido que morder?

-Muchas, muchas. Pero el problema no es ese. Si te muerdes la lengua es que has pensado lo que ibas a decir. El problema es cuando no te las has mordido y piensas después de haberlo dicho.

-¿Qué le permite el monólogo y el teatro que no le permita la música o la televisión?

-La televisión no es un medio en el que me sienta yo a gusto al cien por cien. Y soy muy selectivo aunque no lo parezca. No digo que sí a todo. Suelo hacer programas cada dos años. En cuanto al teatro y la música la principal diferencia está en la época del año en la que se trabaja.

-Dice que el mundo de la escena le ha enganchado. ¿Acabará haciendo teatro dramático?

-Sinceramente, no me veo. Veo algo más cerca, por ejemplo, un musical. Pero yo ya no descarto nada. Si hace unos años me hubieses preguntado si haría teatro te habría dicho que no. Aunque esto era una espinita que tenía clavada desde el 98 cuando rechacé una oferta de Paco Mir, el de Tricicle, para hacer un monólogo. Y encima con la dirección de un tal Pepe Rubianes.

-Quien por cierto, ¿sabe dónde nació?

-Sí, en Galicia... Espera, no me digas que en Vilagarcía.

-Sí señor.

-Pues va a ser un honor muy grande actuar en su ciudad porque es el más grande, es el maestro, el que lo inventó todo.

-Puestos a filosofar, ¿ha descubierto ya dónde reside la felicidad?

-Depende. Aristóteles decía que en la sabiduría. Y Sócrates proclamaba que en la ignorancia. Yo personalmente creo que ser un ignorante en muchísimas cosas me hace más feliz.

-Ahora que se mete en sus pieles, ¿cuál es el filósofo que más le pone?

-Uno que no existe, Perogrullo. Me habría encantado tener un diálogo con ese tipo. Con alguien que puede decir cosas como que está nublado porque hay un nubles yo habría sido capaz de mantener una conversación horas y horas.

-En su monólogo transmuta el «ser o no ser» en «meter o no meter»...

-Esa es la cuestión (se ríe). Meter o no meter es mucho más español. Ya sabemos que los ingleses son muy suyos pero los españoles somos muy nuestros.