Cincinato y el vuelo de la gaviota

Serxio González LA COSA POLÍTICA

VILAGARCÍA DE AROUSA

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Extraño. Así es el ambiente que se respira en el entorno del Partido Popular de Vilagarcía ante su décimo congreso. A falta de alguna sorpresa de última hora, nada indica que para el cónclave de mayo vaya a haber otra candidatura que la que arropará a Alfonso González Gallego. Hace un año, el panorama era bien distinto. La candidata del aparato, bendecida por el nuevo presidente provincial de la formación conservadora, Alfonso Rueda, era Marta Rodríguez Arias. Todos preveían ya que Tomás Fole se dejaría el pellejo intentando apartarla de la carrera por el liderazgo del partido. Así son las cosas. Quien durante largos años fue su número 2, artífice en buena medida de la ansiada victoria electoral, se convierte de la noche a la mañana en enemiga a batir. Había precedentes claros. Manuel Tarrío y Ángeles Rodríguez, sin ir más lejos. Huelga darle más vueltas a la peculiar relación del exalcalde con quienes le prestaron su apoyo en los peores momentos. Entonces -hablamos de mayo del 2016-, a diferencia de ahora, la idea que imperaba en la cúpula de la gaviota pasaba por aplicar bisturí. Es decir, apartar a Fole de cualquier puesto de decisión para abrir, verdaderamente, una nueva etapa en la agrupación popular tras la amarga derrota ante el PSOE. Incluso a riesgo de acudir a un congreso fratricida como el del 2010.

Justo es reconocerle al exregidor su habilidad a la hora de sobreponerse a cualquier golpe. En los meses transcurridos entre estas dos primaveras ha sido capaz de recobrar crédito ante su presidente provincial, de abrirse camino hacia un escaño en el Congreso y de convencer a Rueda de que Marta Rodríguez no debería pilotar el proceso. Cansada de tanto sinsabor -en la sede de la calle Castelao algunas miradas son asesinas-, la diputada acaba de tirar la toalla.

Hasta aquí una crónica que, salvando diferencias de color, podría escribirse sobre prácticamente cualquier formación política, nueva o vieja. ¿En qué estriba, entonces, lo extraño del congreso en ciernes? Precisamente en la extraordinaria resistencia de Tomás Fole. Con apenas ocho meses de militancia a sus espaldas, González Gallego se diría el candidato ideal para reconstruir su partido sin las losas del pasado a cuestas. Sin embargo, ni siquiera ha quedado claro si su intención es presentarse a la alcaldía en el 2019, lo que, de no ser así, abriría una bicefalia sin precedentes en el PP. A diferencia de Fole -quien, empezando por el Puerto, liquidó todo rastro de su rival, Javier Puertas, como si jamás hubiese existido- González sí parece dispuesto a convivir con la larga sombra del exalcalde en su faceta de belicoso portavoz municipal. Quién sabe. Aznar, al retirarse, invocaba a Cincinato.