Unos 250 ancianos de Arousa burlan la soledad gracias a la teleasistencia

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

La acción combinada de Diputación y Cruz Roja permite a los usuarios mantener su independencia durante más tiempo

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es de color gris oscuro, tal vez negro. Y en su interior, este pequeño objeto esconde la llave de la libertad de muchos ancianos que pueden, gracias a él, seguir viviendo en sus casas con la seguridad de que, al menor contratiempo, solo tendrán que apretar el botón que llevan al cuello o en la muñeca para que alguien acuda en su ayuda. Es el servicio de teleasistencia, una iniciativa que le facilita la vida a un total de 256 vecinos de la orilla sur de la ría de Arousa.

En muchos de estos municipios, la teleasistencia corre a cuenta de la Diputación de Pontevedra, que ha encargado a la empresa Clece que preste este servicio en los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes. En la comarca son 127 los mayores atendidos por esta vía. Pero aún hay otra fórmula de acceder a este servicio, y esta es a través de Cruz Roja. Esta organización atiende a 129 personas en Arousa. La gran mayoría, más de un centenar, en el Concello de Vilagarcía.

Marián Vélez, la responsable de la asamblea comarcal de Arousa de la Cruz Roja, asegura que este es un servicio que tiene mucha demanda. Lo requieren los mayores que van a llevar el pulsador al cuello, porque ganan seguridad e independencia, y lo requieren también sus familiares, que de esa manera pueden respirar tranquilos con la certeza de que, si algo ocurre, lo sabrán de inmediato. Y es que el pulsador se puede llevar a todas partes, incluso a la ducha, que es un lugar en el que, por lo demás, resulta muy útil.

Explica Vélez que este es un servicio condenado a seguir creciendo, a seguir expandiéndose. Y la razón es obvia. Galicia es una comunidad muy envejecida. La vida se ha prolongado, y es imperioso prolongar también la calidad con la que se vive. Este sistema lo permite, por eso «sigue habiendo mucha demanda. Pero también hay bajas, tanto de gente que fallece como de gente que lo deja porque ingresa en una residencia», dicen desde la asamblea comarcal.