Una primavera seca y calurosa adelanta riegos y plagas en la huerta de O Salnés

«Por sorte para nós, isto non é nin Lugo nin Ourense». Rosa, una de las labradoras que acuden a vender sus productos en la plaza de Vilagarcía, se pone en la piel de los agricultores del interior de Galicia que han visto como todo su trabajo desaparecía bajo los rigores de una primavera atípica, casi cruel. El valle de O Salnés, como señala esta joven productora, tiene un clima menos extremo, más suave. Y, aún así, también aquí se notan las consecuencias agrícolas de un año climatológicamente extraño.

En la cooperativa Horsal tienen claros los efectos de esta primavera extrema. El frío de la semana pasada, señalaron, «nos vino bien». Es verdad que por culpa de aquella brusca caída de temperaturas «se retraen los cultivos», pero también es cierto que un poco de frío ayudó a frenar las plagas que han llegado antes de tiempo, fruto de unas temperaturas inusualmente cálidas como las que ya están de vuelta en Arousa. Es cierto, por lo demás, que los vaivenes del termómetro ocasionan estrés a las plantas, pero ese es un mal menor en comparación con las enfermedades del calor.

«Al no hacer frío, nos encontramos con que nos están afectando ya algunas plagas». Eso se ha traducido en que en muchas zonas de labor hayan comenzado ya las sueltas biológicas. Se trata de métodos ecológicos de control de enfermedades de las plantas, bien sea mediante la suelta de «enemigos naturales» de los bichos que se comen las plantas, bien a través de la plantación, alrededor de invernaderos y cultivos, de plantas que los espantan.

Todo muy seco

Pero no es este el único problema que sufren los asociados de Horsal. «Está todo muy seco», explican desde el departamento técnico de la cooperativa. Ya ha habido que empezar a regar, cosa inaudita a estas alturas del año. Y los agricultores están preocupados por lo que pueda ocurrir durante el verano, si es que las cosas siguen así y si las lluvias prometidas -al parecer, a partir del viernes harán acto de presencia- siguen sin llegar.

Aún hay una tercera consecuencia de este tiempo extraño en la huerta de O Salnés. El calendario de producción se ha visto trastocado y las cosechas de algunos productos se han adelantado. «Los pimientos, por ejemplo, tendrían que empezar a salir a finales del mes de abril, tendríamos que estar arrancando la cosecha, pero ya empezamos a sacarlos hace quince días».

Las vendedoras de verdura de la plaza de abastos de Vilagarcía, que cultivan el producto con el que luego llenan sus puestos en el mercado, también notan los efectos del tiempo en sus cosechas. Rosa Pesqueiras, la presidenta del colectivo, reconocía el problema del agua. «Regar fóra houbo que regar, e ademais bastante», explicaba ayer.

Una de sus compañeras de bancadas indicaba que el viento del Norte había contribuido a secar mucho el ambiente, por lo que aportar agua a las fincas ha sido obligatorio para todo aquel que cultiva la huerta. «A verdade é que o que caeu nestes días de atrás veunos xenial para o campo», explican las labradoras.

Por lo demás, hay productos del valle de O Salnés que este año no serán los de siempre. Apuntan las agricultoras que venden sus productos, por ejemplo, a las patatas. «A pataca quere auga e este ano tivo pouca, así que saíron máis pequenas do habitual», señalan. Tampoco los guisantes, pese a alcanzar el grano un buen tamaño, «se encheron como tiñan que encherse» por culpa de este extraño clima.

LA PREVISIÓN

Las previsiones de MeteoGalicia no dejan lugar a muchas dudas: para mañana y pasado se esperan temperaturas máximas de hasta 26 grados, y cielos con claros y nubes. Según esas mismas previsiones, el viernes caerán algunas lluvias sobre la comarca, que se prolongarán también al sábado, y bajarán los termómetros. En el mapa del domingo, un sol radiante vuelve a aparecer sobre O Salnés.

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