Una empresaria de Vilagarcía denuncia que está siendo acosada a través de Facebook

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

La víctima ha puesto en conocimiento de la policía que recibe insultos y amenazas desde un perfil falso

01 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Como cualquier otro ámbito de comunicación e influencia, las redes sociales se prestan a una utilización perversa. Sobran ejemplos de usos enfermizos de las herramientas tecnológicas, en ocasiones con consecuencias trágicas. Uno de ellos se está produciendo en Vilagarcía. O, al menos, tiene como víctima a una vecina de la capital arousana. Conchi Marcos, diseñadora de páginas web, acaba de denunciar ante el Cuerpo Nacional de Policía que está siendo acosada a través del más potente y popular de los foros virtuales: Facebook.

Las amenazas y los insultos le llegan a la empresaria en forma de mensajes privados desde un perfil oculto por un seudónimo. Bajo el nombre Margarita Flores del Campo, la bandeja de entrada de su Facebook se ha poblado de todo tipo de lindezas de trazo grueso y advertencias sobre su seguridad personal. «Es algo -sostiene Marcos- que no se puede consentir ni dejar pasar como si no ocurriese nada o se tratase de algo inofensivo». De ahí su determinación de acudir de inmediato a Comisaría.

Este tipo de episodios, asegura la diseñadora arousana, están proliferando en las más diversas formulaciones. Sorprende la versatilidad con la que los delitos físicos pueden trasladarse al ámbito virtual. La violencia machista, sin ir más lejos. «Conozco un caso cercano, aquí mismo, de una mujer que fue sometida durante mucho tiempo a un acoso machista en toda regla a través de las redes», confirma Conchi Marcos. La víctima también recibía mensajes, en su caso de un elevado contenido sexual. Padeció esta situación durante al menos tres años, antes de decidirse a acudir a Comisaría. «Fueron los propios agentes quienes le recomendaron a esta mujer que denunciase el caso como un capítulo de violencia de género, y realmente lo era», explica la empresaria vilagarciana. Bastó que la policía acudiese al domicilio del principal sospechoso para que cesasen los ataques.