La enésima avería de la red deja en seco al barrio de O Piñeiriño y la zona de Matosinhos

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

El embrollo de las canalizaciones complicó durante horas la reparación de otra vetusta tubería de fibrocemento

18 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En su día probablemente constituyó un material puntero, pero décadas más tarde el fibrocemento ha demostrado no ser más que una ruina para los vecinos de aquellas localidades que siguen abasteciéndose de agua a través de redes de suministro antiguas. A Vilagarcía el agua de la traída llegó antes que a otros enclaves de menor entidad, pero aquel avance encerraba una cruz que con el paso del tiempo se ha desvelado como un verdadero quebradero de cabeza: transcurridos cincuenta años desde la instalación de muchos de los tramos del abastecimiento, las tuberías en ocasiones se rompen con solo tocarlas. Ocurrió a comienzos de mayo, en Doctor Tourón, y volvió a suceder ayer, no muy lejos, en la avenida de Cambados, cerca ya del acceso al barrio de O Piñeiriño. Una avería, declarada de madrugada, provocó cortes y restricciones a un buen número de hogares de esta poblada zona de la capital arousana. El servicio, de hecho, no se normalizó hasta pasadas las dos y media de la tarde.

Cambio brusco de presión

El concejal de Obras, Lino Mouriño, que acudió al punto en el que Espina y Delfín trabajaba desde primeras horas de la mañana, explica que la rotura probablemente tuviese su origen en un cambio brusco en la presión del agua. Un fenómeno que se intensifica con la llegada del verano y los picos de consumo. Normalmente, lo que el Concello hace cuando surge un problema de estas características es sustituir el tramo afectado por una nueva canalización de pvc. «Neste caso foi moito máis complicado porque a condución estaba practicamente pegada ás redes doutros servizos», lamenta el edil socialista.

La confluencia desordenada de canalizaciones de agua potable o tuberías de recogida de pluviales con el alcantarillado y el suministro de electricidad, una red no menos antigua, constituye un mal endémico en Vilagarcía del que sobran ejemplos. Abrir una zanja equivale, en muchos casos, a descubrir un verdadero laberinto del que, por si fuese poco, no existen planos. Ocurrió con la canalización externa del río que atraviesa un garaje en Rodrigo de Mendoza, sucedió en la avenida Rosalía de Castro, cuando se construyó un nuevo cauce para el regato de A Tripeira, y se repite el desaguisado ahora, en la avenida de Cambados.

La avería, en resumidas cuentas, mantuvo ocupados a los operarios de la empresa concesionaria del servicio, Espina y Delfín, durante largas horas. La rotura debió de producirse hacia las cuatro de la mañana. Afectó, sobre todo, a los pisos superiores de los bloques de viviendas. Teniendo en cuenta el tipo de residencias que conforman O Piñeiriño, se comprenderá el enfado de los vecinos que no podían ducharse en uno de los días más calurosos del año. A eso de las dos y media, el agua volvió.