¿Se puede enterrar al perro en la finca? La Xunta espera respuesta de Madrid

Bea Costa
Bea Costa VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

Frente al enterramiento hay quien opta por la incineración de su mascota y guarda las cenizas
Frente al enterramiento hay quien opta por la incineración de su mascota y guarda las cenizas Martina Miser

La normativa autonómica podría colisionar con la nueva ley, que obliga a recurrir a una empresa autorizada para deshacerse del cadáver de una mascota

08 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte del perro, el gato o de cualquier otra mascota ha dejado de quedarse en el ámbito privado. La Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales obliga a comunicar su fallecimiento a la administración y adjuntar un documento que acredite que fue incinerado o enterrado por una empresa autorizada, pero tres meses después de su entrada en vigor todavía hay lagunas respecto a su aplicación, al menos en Galicia.

La Xunta autorizó en 2016 el enterramiento de animales de compañía en fincas privadas, lo cual podría colisionar con el nuevo marco legal. Desde la Consellería de Medio Ambiente informan de que la cuestión ya ha sido trasladada al Gobierno central «para clarificar a situación e proceder á correcta aplicación de ambas normativas», pero aún no han obtenido respuesta. «Agardamos que o executivo conteste o antes posible para facilitar o cumprimento de ambas normas por parte da cidadanía, permitindo así que poidamos aclararlle as dúbidas que lle xorden neste sentido aos propietarios galegos de animais de compañía», según informan desde el departamento autonómico.

El pasado noviembre se celebró una reunión telemática para abordar esta y otras cuestiones relacionadas con la ley, que contó con la participación de la directora xeral de Patrimonio Natural, Belén Docampo, y de técnicos del ministerio, pero poco se avanzó. Los representantes de la Xunta quedaron emplazados para un próximo encuentro que podría ser este mes.

Entre tanto, lo más garantista para evitar problemas legales es recurrir a una empresa especializada en incineración de animales, un servicio que solo se encuentra en las grandes ciudades o su área de influencia. En Arousa, por ejemplo, no existen, lo que obliga a recurrir a empresas situadas en Vigo o A Coruña. Así lo hacen en el centro de acogida de animales abandonados (CAAN) de la Diputación de Pontevedra, situado en Meis, y en el Refugio de Cambados.

En el primer caso tienen contratado el servicio a Gesuga, una gestora de subproductos que asume la incineración de animales y que se desplaza a Meis cuando es requerida para ello. Hasta que recoge los cadáveres de los perros, estos se guardan en dos congeladores habilitados para este fin en las instalaciones de Armenteira.

Por su parte, el refugio de Cambados recurre a Cremandogal, que ofrece un servicio personalizado que incluye hasta sala velatorio para las mascotas. La horquilla de precios es amplia, desde los 75 euros para los animales más pequeños hasta los 600 que puede valer la despedida de uno de gran porte.

El peso es determinante pero también afectan factores como la distancia —cuántos más kilómetros, más caro es el transporte—, el día de la recogida del animal y si la cremación se hace de forma individual o colectiva. Lo que más abunda en Cremandogal son perros y gatos, aunque en los seis años que llevan en activo por allí han pasado conejos, aves, tortugas y hasta una iguana. Quienes lo deseen, pueden llevarse las cenizas en una urna, que la mayoría de las veces los dueños de las mascotas guardan en casa.

Encontrar un columbario resulta complicado porque son muy pocos los lugares habilitados para este fin. Uno de ellos está en Culleredo (La vida es huella) y habrá que espera todavía meses para poder hacerlo en un espacio público, en concreto en Lugo, donde se está proyectando el primer cementerio municipal de mascotas de Galicia.