Una sesión atípica, con unanimidad y buen rollito

Bea Costa
bea costa VILANOVA

VILANOVA DE AROUSA

MARTINA MISER

La armonía entre gobierno y oposición se vio alterada al final por la expulsión de una vecina airada

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta el alcalde, Gonzalo Durán, se jactó de la «perfecta armonía» que reinó en el pleno ordinario celebrado el lunes por la noche en Vilanova. Empezó con mal pie y con algarada entre gobierno y oposición, como suele ser habitual, pero una vez que se calmaron los ánimos, la sesión fue una balsa de aceite. La polémica, en esta ocasión, se produjo en el transcurso del debate sobre el nuevo nombre de dos calles, Carballo do Rial y Boqueiros; al concejal del PP José Luis Novo no le gustó nada la alusión que hizo la socialista Sheila Ferreiras acerca del rumor de que le van a poner su nombre a una calle en Baión. «Paiasadas non, non vir a joder», protestó el popular. Durán pidió a la joven edila «más respeto para tus mayores» y tras un rifirrafe sobre la educación, el asunto se saldó con la votación, por unanimidad.

A partir de ahí, no hubo más gritos ni salidas de tono y la casi totalidad de los puntos fueron consensuados, incluso las mociones del PSOE, BNG y Gañemos Vilanova, algo inaudito en este Concello. Eso sí, el regidor demostró habilidad política pues consiguió que los ponentes matizaran sus iniciativas a cambio de darles su apoyo. Así que, el PP votó a favor de la petición del PSOE de que se hagan gestiones para construir una senda por el río Umia, entre Pontearnelas y Baión -con puente en Pago Negro incluido-, siempre y cuando se inste a la Diputación de Pontevedra a que retome la tramitación de un proyecto que, según informó Durán, ya estaba aprobado en la etapa de Louzán «y que no sabemos por qué se paró», indicó. El grupo popular también votó a favor de las mociones del BNG por las que pide un plan de usos para los molinos de Currás y un centro de día en el municipio así como de la propuesta de Gañemos Vilanova sobre la creación de un patronato de deportes municipal. El alcalde reconoció que tenían previsto votar en contra de este punto porque en el PP consideran que el patronato es inviable: primero, porque dudan de que intervención dé el visto bueno a la creación de un nuevo órgano municipal, y en segundo lugar, porque en Vilanova ya hubo hace diez años un patronato de deportes que hubo que disolver porque sus integrantes no acudían a las reuniones. La portavoz de Gañemos, Elena Cores Leiro, perseveró y consiguió que el PP diese su voto para, al menos, pedir informes legales al respecto.

Aceras y aparcamientos

En este ambiente de buen entendimiento se llegó a la última de las seis mociones de la noche, por la que Gañemos solicitaba dos intervenciones en las vías públicas del municipio: la construcción de aceras en las inmediaciones de la rotonda de la PO-549 a su paso por San Miguel y la reserva de espacio para que aparquen los autobuses del transporte escolar del instituto Faro das Lúas. Lo primero, dijo Durán, ya está gestionado y se espera que las obras empiecen antes de acabar el año; de la segunda propuesta tomó buena nota y encargará un informe a la policía local para que regule el estacionamiento en este punto para evitar atascos y problemas de seguridad en la calle Cuxhaven.

Pasaban las diez de la noche y el alcalde no parecía tener prisa. Incluso se permitió entrar en un diálogo distendido con los concejales de la oposición, sin atender a la disciplina de los turnos que de forma tan estricta viene aplicando en los plenos. Y ya no había un flotador detrás del asiento de Javier Dios para afearle la conducta por el tema de la piscina.

Los problemas llegaron en el capítulo de ruegos y preguntas, y no por culpa de los políticos. Unos vecinos que estaban en el público tomaron la palabra para reprocharle al alcalde que no se acometan las obras en el cementerio de Baión. Una de las intervinientes acabó diciendo improperios lo que provocó su expulsión de la sala.