La jueza envía a prisión a dos de los detenidos en la operación antidroga en la que cayó Casti

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

MARTINA MISER

La banda tenía en su poder cuatro kilogramos de cocaína en el momento en el que fue desarticulada

15 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La jueza titular de la sala número 1 de Vilagarcía, que dirige las investigaciones, mantuvo ayer el secreto sobre la operación desarrollada esta semana en diferentes localidades de la comarca de O Salnés y en Marín. De lo poco que ha trascendido acerca de la suerte de las cinco personas detenidas es que dos de ellas han ingresado en prisión, comunicada y sin fianza, mientras que las otras tres quedaron en libertad tras un extensísimo interrogatorio. Todas ellas se encuentran en situación de investigadas -la antigua imputación- por un delito de tráfico de drogas.

Los cinco arrestados fueron conducidos a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía temprano, a las nueve y media de la mañana. Llegaron a Vilagarcía a bordo de un autobús de la Guardia Civil, custodiados por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA). El hecho de que los agentes cubriesen sus rostros con pasamontañas añadió dramatismo a la escena que estaba a punto de desarrollarse. El primero en descender del autocar fue Pablo Bouzas, más conocido por su apodo, Casti, que ocultaba la cara entre una camiseta amarilla que subía y una gorra que bajaba. Fue recibido por tres jóvenes y una mujer que voceaban «tranquilo, Casti». A continuación llegó el turno de su madre, a quien también corearon al grito de «Rita, te queremos». Uno de sus hermanos y un amigo, Roberto Loureiro, tampoco estuvieron solos en el tránsito a Comisaría, pues sus respectivas parejas intentaron abrazarlos, obligando a un guardia a pedirles mesura: «Señoras, por favor». En cambio, al quinto detenido, vecino de Marín, nadie le esperaba en la calle.

Las declaraciones se prolongaron durante más de nueve horas. Pasadas las seis y media de la tarde, la jueza dictó la orden de prisión para dos de ellos y decretó la libertad, en situación de investigados, de los otros tres. Los registros desarrollados en la casa de Vilaxoán que habitaba Casti -el sujeto que en el 2008 atropelló sobre un paso de peatones al joven Manuel Abalo, acabando con su vida-, el piso de las torres de Las Gaviotas en el que Loureiro dormía con su pareja, el domicilio familiar de A Lomba, una vivienda de Vilanova y un piso en Marín permitieron a la EDOA, en colaboración con la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, incautarse de cuatro kilogramos de cocaína, varios vehículos, una cierta cantidad de dinero en metálico y un arma de fogueo. Se supone que los cinco individuos integraban, en diferentes grados, una red muy activa dedicada al tráfico de sustancias psicotrópicas a media escala.