La jueza envía a prisión a dos de los detenidos en la operación antidroga en la que cayó Casti
VILANOVA DE AROUSA
La banda tenía en su poder cuatro kilogramos de cocaína en el momento en el que fue desarticulada
15 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La jueza titular de la sala número 1 de Vilagarcía, que dirige las investigaciones, mantuvo ayer el secreto sobre la operación desarrollada esta semana en diferentes localidades de la comarca de O Salnés y en Marín. De lo poco que ha trascendido acerca de la suerte de las cinco personas detenidas es que dos de ellas han ingresado en prisión, comunicada y sin fianza, mientras que las otras tres quedaron en libertad tras un extensísimo interrogatorio. Todas ellas se encuentran en situación de investigadas -la antigua imputación- por un delito de tráfico de drogas.
Los cinco arrestados fueron conducidos a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía temprano, a las nueve y media de la mañana. Llegaron a Vilagarcía a bordo de un autobús de la Guardia Civil, custodiados por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA). El hecho de que los agentes cubriesen sus rostros con pasamontañas añadió dramatismo a la escena que estaba a punto de desarrollarse. El primero en descender del autocar fue Pablo Bouzas, más conocido por su apodo, Casti, que ocultaba la cara entre una camiseta amarilla que subía y una gorra que bajaba. Fue recibido por tres jóvenes y una mujer que voceaban «tranquilo, Casti». A continuación llegó el turno de su madre, a quien también corearon al grito de «Rita, te queremos». Uno de sus hermanos y un amigo, Roberto Loureiro, tampoco estuvieron solos en el tránsito a Comisaría, pues sus respectivas parejas intentaron abrazarlos, obligando a un guardia a pedirles mesura: «Señoras, por favor». En cambio, al quinto detenido, vecino de Marín, nadie le esperaba en la calle.
Las declaraciones se prolongaron durante más de nueve horas. Pasadas las seis y media de la tarde, la jueza dictó la orden de prisión para dos de ellos y decretó la libertad, en situación de investigados, de los otros tres. Los registros desarrollados en la casa de Vilaxoán que habitaba Casti -el sujeto que en el 2008 atropelló sobre un paso de peatones al joven Manuel Abalo, acabando con su vida-, el piso de las torres de Las Gaviotas en el que Loureiro dormía con su pareja, el domicilio familiar de A Lomba, una vivienda de Vilanova y un piso en Marín permitieron a la EDOA, en colaboración con la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, incautarse de cuatro kilogramos de cocaína, varios vehículos, una cierta cantidad de dinero en metálico y un arma de fogueo. Se supone que los cinco individuos integraban, en diferentes grados, una red muy activa dedicada al tráfico de sustancias psicotrópicas a media escala.