El cierre del caladero de anchoa dejó en el paro a 200 marineros

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA

BARBANZA

SIMÓN BALVÍS

La flota de la zona debe estar amarrada 40 días para tener ayudas La escasez de bocarte obligó a la UE a tomar medidas para evitar su desaparición

12 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

La flota del cerco de la comarca no gana para disgustos. La prohibición de pescar anchoa en aguas del Cantábrico dejó sin trabajo a unos doscientos marineros de la zona, pertenecientes a cerca de veinte embarcaciones cuyos puertos base son Ribeira, Aguiño y Portosín. Las naves deben cumplir un paro si quieren acogerse a las ayudas establecidas para esta flota. Los armadores del cerco, que todos los años participan en la costera del bocarte, han decidido amarrar sus barcos para poder acceder a las subvenciones previstas por el Gobierno español. La mayor parte de la flota está inactiva desde finales del mes pasado con la intención de cumplir los cuarenta días exigidos en la primera semana de junio para poder salir a pescar sardina, especie muy apreciada que se empieza a comercializar en esta época del año. La Unión Europea cerró el caladero debido al alarmante descenso de capturas y con la finalidad de que se recupere para mitigar, en parte, las pérdidas de la flota. Se dispusieron ayudas para los barcos que acuden todos los años a la costera del bocarte pero con la obligación de realizar un paro de cuarenta días si las quieren recibir.. El representante del cerco de Ribeira, Francisco Ayaso, reconoció que la situación es muy mala en el norte peninsular. «Pechouse dende xaneiro ata xuño para facer os estudos coa intención de coñecer o estado dos caladoiros. De momento, en Asturias e Cantabria non se viu nada, aínda que na costa francesa parece que hai algo». El portavoz de la flota cerquera de Portosín, José Blanco, indicó que es necesario adoptar nuevas medidas para recuperar el caladero, pues la anchoa es una importante fuente de ingresos para los marineros de la zona. Francisco Ayaso es de la misma opinión que el representante de Portosín y, en este sentido, reconoció que el bocareu representa entre el 40 y el 50% de las ventas anuales de los barcos, que desde hace varios años acuden a la costera de la anchoa en el Cantábrico.