Más allá de una noche de gala

Ana Gerpe Varela
Ana Gerpe CRÓNICA

BARBANZA

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Federación de Empresarios do Barbanza se encuentra en la encrucijada y ha emprendido un camino que tiene difícil retorno, aunque se pretenda adornar de otra manera. La que antaño fuera abanderada de la pujanza industrial de la comarca es actualmente más un símbolo para nostálgicos que una entidad con gancho y capacidad para abanderar las grandes batallas de la comarca. Dependiente de las subvenciones, en todos estos años, presidente tras presidente, sus integrantes han sido incapaces de conseguir el objetivo fundamental: la independencia económica. ¿Debido a los localismos o a la falta de confianza real en el papel de la FEB?.

Sin la fortaleza de la autonomía es difícil continuar adelante, pero si cada vez se dispone de menos fondos debido al recorte de las subvenciones, seguir es imposible. La que iba a convertirse en referente de los empresarios de aquellas localidades en las que, también debido a cuestiones monetarias, habían desaparecido las respectivas patronales, resulta que ahora reparte sus obligaciones entre las entidades que continúan en pie y poseen la fortaleza necesaria para asumir estas nuevas funciones.

Lo cierto es que hace tiempo que muchas voces hablaban de la necesidad de que la FEB tuviera mayor peso y protagonismo en reivindicaciones que afectan a la comarca: promoción económica, dinamización del sector comercial, de los parques empresariales, de la mejora de la red viaria e, incluso, del impulso a los emprendedores. Es cierto que se proporcionaba un importante apoyo a la puesta en marcha de nuevos negocios desde el punto de la información y que se organizaban jornadas, pero quizás sería preciso que la FEB hubiera aparecido como un elemento aglutinador que reforzase el papel que hacen en sus municipios las entidades que todavía quedan en pie, como un líder inequívoco.

Por el contrario, la actividad de la federación comarcal fue diluyéndose poco a poco. Las pasadas Navidades ni tan siquiera fue capaz de llevar a cabo la tradicional promoción comercial. Ahora está en dudas si se realizará o no la gala de los Dolmen y, realmente, la pregunta es si tiene sentido el esfuerzo y el gasto que esta cita representa dada la situación actual de la entidad.

El camino emprendido tiene un difícil retorno, nadie quiere hablar de desaparición, pero lo cierto es que su destino parece dirigirse más en esa dirección que en ninguna otra.

Su talón de Aquiles es la falta de independencia económica y, posiblemente, de liderazgo. Sin embargo, la comarca continúa necesitando de esa voz aglutinadora del empresariado, más allá de una gala.