Vecinos de la zona recorren hasta 42 kilómetros para acceder a servicios

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

En cinco concellos no hay PAC, mientras que en O Son siguen a la espera de tanatorio

28 mar 2017 . Actualizado a las 11:40 h.

Suele decirse, sobre todo cuando hablan los mayores, que las cosas han mejorado mucho en las últimas décadas, tanto en cuanto a las comunicaciones viarias, como en la dotación de servicios públicos. Sin embargo, para muchos vecinos del área barbanzana siguen existiendo muchas carencias en lo que respecta a la provisión de determinadas prestaciones. Sin entrar en el histórico déficit de redes de saneamiento y abastecimiento de agua, que obliga a muchos hogares a proveerse de fosas sépticas y pozos, hay otro tipo de servicios básicos a los que es complicado acceder, tanto, que hay barbanzanos que recorren hasta 42 kilómetros para poder beneficiarse de ellos.

Los residentes de los municipio rurales son, obviamente, los que lo tienen más difícil, sobre todo si su lugar de residencia no se encuentra en la capital del ayuntamiento. La misma distancia de un maratón es la que deben recorrer los habitantes de la parroquia mazaricana de Arcos para recibir asistencia médica de urgencia. El de Mazaricos es uno de los cinco concellos de la comarca que no cuentan con un punto de atención continuada (PAC), de manera que si algún vecino del citado lugar de Arcos se pone enfermo fuera del horario de actividad del centro de salud, debe desplazarse hasta el ambulatorio de referencia, en Santa Comba, a 42 kilómetros.

Esta es una situación extrema, pero no aislada. Los vecinos de Carnota también tienen que coger el coche y dar un buen paseo para las urgencias. En su caso, los pacientes pueden dirigir sus pasos hacia Cee, a 23 kilómetros, o hacia Muros, recorriendo una distancia de entre 15 y 24 kilómetros, según el punto concreto de salida y el itinerario elegido para llegar a destino. Una situación similar es la que viven los habitantes de Porto do Son, que pueden escoger entre Ribeira y Noia para ir al médico de urgencias en función de la parte del municipio en la que vivan. Sin embargo, si se toma como referencia la capital sonense, las distancias hasta cualquiera de los PAC de referencia rondan una veintena de kilómetros.

No es esta única la carencia que se detecta en el término sonense. Si bien no se trata de un servicio necesariamente público, sí es una prestación esencial hoy en día de la que el municipio todavía carece: un tanatorio.

Un caso único

De hecho, el ayuntamiento sonense es el único de la zona que no dispone de una instalación de este tipo para los velatorios, lo que obliga a desplazamientos largos desde los tanatorios de Noia o Ribeira hasta el cementerio correspondiente en los que puede invertirse hasta media hora.

Luego hay otras prestaciones que los ciudadanos pueden elegir si beneficiarse de ellas o no, pero para muchos ni siquiera es una opción. Un ejemplo está en las escuelas infantiles públicas. De los concellos que no disponen de este servicio -son cuatro en total- destacan por su población los casos de A Pobra y Noia. De hecho, el noiés es el único municipio de la provincia con más de 10.000 habitantes que no cuenta con guardería de titularidad autonómica o municipal.

Para paliar esta situación, se ofrecen ayudas a los padres que accedan a las escuelas infantiles privadas, pero los que quieran llevar a sus hijos a una pública deben desplazarse entre 19 y 10 kilómetros, según el caso.

La presencia de las fuerzas del orden en los municipios de la comarca también es desigual

Si a la hora de acceder a servicios fundamentales como puede ser la sanidad se perciben claras diferencias de unos municipios a otros, cuando se habla de la presencia de las fuerzas del orden el escenario es también desigual.

Lousame y Mazaricos no cuentan ni con Policía Local ni con Guardia Civil, con lo que dependen de los destacamentos de Noia y Outes, respectivamente. En el caso del municipio lousamiano, las distancias son más cortas, pero en Mazaricos esta situación supone desplazamientos de al menos 18 kilómetros y un tiempo de respuesta que supera los veinte minutos.

Mayor colaboración

Las carencias existentes se suplen con la colaboración entre los distintos cuerpos. Por ejemplo, en Carnota no hay Guardia Civil y al municipio acuden los agentes de Muros, a casi media hora de distancia, así que, además de prestar apoyo, la Policía Local es la primera en responder a las emergencias.

De segunda

Los políticos defienden aquello de que no hay ciudadanos de primera y de segunda, pero a la hora de aplicar la verdad parece que sí las hay. Y los que quedan rezagados casi siempre son los mismos: los vecinos de las zonas rurales, que por si tuvieran poco con tener peores comunicaciones y sufrir en mayor medida los inconvenientes de la dispersión geográfica, ven como, cada vez más, deben acudir a otros concellos para acceder a servicios.