Un bien etnográfico y cultural con tantos estilos como denominaciones

M.?G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

14 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo el mundo sabe cómo es un hórreo, es más, probablemente la mayoría tengan uno en su propia casa, la de sus padres, sus abuelos o los vecinos. Sin embargo, pocos habrán reparado en las peculiaridades de cada uno, porque no todos son iguales. De hecho, se trata de un bien patrimonial y etnográfico del que hay tantas tipologías como denominaciones.

¿Cuántos estilos de hórreo existen?

A grandes rasgos, se reconocen alrededor de una treintena de tipos de hórreos que reciben denominaciones que se corresponden con áreas geográficas concretas. Entre los más comunes en estas latitudes están los ejemplares de estilo Rianxo y Noia.

¿A qué responde la denominación de cada tipo y sus características?

Se entiende que los diferentes estilos responden a la capacidad económica de la zona, a los materiales que era más fácil encontrar para su construcción (por ejemplo, los de piedra abundan en lugares donde es fácil acceder a ella) y también al estilo marcado por los maestros que se encargaban de su construcción.

¿La tipología utilizada se corresponde exactamente con cada área geográfica?

No necesariamente. Por ejemplo, entre los grandes hórreos registrados en Barbanza los más comunes son del estilo Noia, mientras que ninguno de ellos se realizó siguiendo la escuela rianxeira a pesar de que varios de los más largos se encuentran en este municipio. Y, por ejemplo, en Lousame pueden encontrarse construcciones de la tipología Pontevedra, parecida a la clase Mahía.

¿Son claramente identificables los distintos estilos?

No siempre. El propio Carlos Coto explica que es difícil decir dónde empieza un estilo y dónde acaba otro, ya que hay construcciones que responden a un modelo determinado, pero incorporan elementos de otros, o bien presentan diferencias en la base, puesto que los hórreos pueden apoyarse en pies (columnas que sostienen la estructura), celeiros (un espacio cerrado que también sirve para almacenar material) o cepas (pilares tan anchos como el propio cuerpo del hórreo).

¿Cuáles son los más comunes en la zona de Barbanza?

Los de estilo Rianxo, que se extienden por la comarca hasta el municipio outiense, y los de la tipología noiesa.

¿Cuáles son las peculiaridades de cada uno de ellos?

El estilo Noia está realizado en su totalidad en piedra de cantería. Se trata de piezas que están trabajadas, y eso diferencia a estos hórreos de los que siguen el estilo Fisterra, más tosco, en el que se utiliza en material sin pulir. Hay ejemplos de esta clase en el municipio mazaricano. En cuanto al tipo Rianxo, la estructura y los pinches son de cantería y el entrepaño de tablas, pero destaca por su peculiaridad: la fachada que está orientada al sur, y que por lo tanto sufre en mayor medida la embestida de la lluvia, está construida con una mayor proporción de piedra, mientras que la pared que da al norte, más resguardada, está realizada totalmente en madera salvo la estructura. En cuanto a otras clases de hórreos menos comunes en la zona, el Pontevedra está construido con madera, pero las tablas están colocadas verticalmente, y esa es la diferencia con la tipología Mahía, en la que los listones están colocados en sentido horizontal.

¿A qué obedecen las distintas formas de referirse a los hórreos?

Coto y su equipo tienen documentadas 39 formas distintas para referirse a los hórreos, y la cuestión es fundamentalmente cultural y geográfica. Cabazo y cabaceira son algunos de los términos más empleados, pero también se utilizan denominaciones mucho más localizadas en lugares concretos que ni siquiera recoge el diccionario de la Real Academia Galega, como paneira, espigueiro o garneira, entre muchos otros.