Detalles sobre Porto do Son

José Luis Romaní González. BUZÓN DEL LECTOR

BARBANZA

24 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

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E n una de mis visitas al Hospital da Barbanza, me encontré cuando menos con seis semáforos que nos obligaron a efectuar el stop, y de verdad de que ello me alegró tremendamente por cuanto significó que tras la lucecita roja y verde había una brigada de obreros que afanosamente se esmeraban en la instalación de nuevas aceras, o en el arreglo de las ya existentes. Magnífico por el Concello sonense, me dije, que bien quedó A Arnela, que bien van quedando las aceras… pero allá en el fondo sentí una terrible envidia. Y me iba a referir a su carencia desde O Mariño hasta Boa, y sorpresa, miro hacia A Gafa y observo que deben estar en ello, porque diviso camiones y obreros a toda laborar.

Y si por favor bajan a la playa de As Gaviotas, háganlo con sumo cuidado, si es en verano, resulta una delicia ver cómo suben y bajan por una carretera de unos cinco metros de ancho, en la que los vehículos aprovechan para aparcar. Esto es, el uno sube, el otro baja y el otro aparca. Y venga el lío ya formado y la marcha atrás. Y yo pienso: prohíbase la bajada, la subida, o el aparcamiento. Estamos hablando de un una de las playas más bonitas, además de ser la primera con la que se encuentra el forastero que se dirige a Portosín o a Porto do Son, ese municipio tan bonito en el que yo tuve la inmensa satisfacción de vivir muchos años y en épocas tan difíciles (1938-1947), y que aún ahora a mi edad (90 años) visito en cuanto puedo. Sobre el aparcamiento, sería el éxito de todos los éxitos si existiera alguna forma de conseguir, aún cuando fuera solo provisionalmente y previo pago de una pequeña cantidad por coche, la amplia huerta que rodea el rancho de los Panchitos.

Y ahora mi aldeíta. Existe un sendero por el que suben mis coches y los de mis amigos que tienen la exquisita costumbre de venir a visitarnos. Este camino tiene en su principio un muro que está caigo o no caigo, y si un día le diera por caer, puede alcanzar algún coche o alguna persona. Sobre este particular llevo escrito al Concello por lo menos media docena de cartas. Empecé creo que el año 1907 y me cansé de escribir, pese a que en tiempos anteriores al actual alcalde vinieron a ver el cuerpo del delito concejales, arquitectos, jefes de obra... ¿No podría nuestro eficaz Concello echarme una manita en la conservación de este sendero, porque desde hace 20 años vienen corriendo por mi cuenta y riesgo su limpieza e incluso en alguna ocasión su alquitranado?.

Y nos queda otro problema. No sé si en Miñortos, la parroquia de mis amores, tienen agua corriente, desde luego Linteiros no, pese a que no sé cuanto tiempo hace que se efectuó una linda canalización, que transcurre solo a 20 centímetros de la entrada de mi casa. José Luis Romaní González. Linteiros (Porto do Son)