El número de emigrados barbanzanos ya supera a la población de Boiro

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Más de 20.000 vecinos de la zona han fijado su nueva residencia en un país extranjero, un 15 % más desde 2010

30 may 2017 . Actualizado a las 10:25 h.

El número de barbanzanos que tienen su residencia fuera de España ya supera a la población de Boiro. No engañan los datos del Padrón de Residentes en el Extranjero (PERE), del Instituto Nacional de Estadística (INE). El informe pone encima de la mesa que 20.180 vecinos han oficializado su morada lejos de las rías de Arousa y Muros-Noia.

El incremento más destacable comienza a partir de 2010, año clave de la crisis, donde se pasó de 17.018 barbanzanos en la diáspora a los 20.180 actuales, un crecimiento de un 15 %. Además, en el último lustro, la cifra ha seguido creciendo, con 1.461 personas más, un 7 % del total. La variación en los últimos doce meses es de otros 245 emigrados, una variación de un 1,2 %, que muestra que la tendencia comienza a ralentizarse.

El primero

Outes es el municipio con mayor número de residentes lejos de sus tierras, al contar con 2.487 vecinos, que equivalen al 12 % del total comarcal. Ribeira es el segundo con 2.441 personas, mientras que Noia, con 2.400, ocupa el tercer puesto de esta lista.

A pesar de que Boiro se trata de la segunda localidad en número de población de la comarca, no está entre los cinco concellos barbanzanos con mayor número de vecinos fuera, ya que solo 1.383 boirenses se han empadronado lejos de su lugar de nacimiento. En los últimos diez años, Boiro registró 170 residentes en el extranjero más, de los que 90 fueron en este lustro. La variación de 2017 a 2016 es mínima, ya que únicamente 11 personas mudaron de residencia.

A Pobra, con 732 residentes fuera, ocupa la última posición. En el último año 15 pobrenses se empadronaron fuera.

«Si le echas ganas tienes oportunidades, pero aquí hay que trabajar muy duro»

Javier Gude Queiruga, residente en EE.UU.

Javier Gude Queiruga se marchó a Estados Unidos en 1990. Tenía 16 años y, tras perder a su padre, decidió coger las maletas y buscar fortuna lejos de Ribeira. «Marchamos mi madre, mi hermano y yo. Salía de la escuela y me tuve que poner a trabajar para poder vivir. Prácticamente cogí las riendas de la familia». Después de lidiar con trabajos precarios, encontró la estabilidad en la construcción: «Ahí empezó a mejorar mi vida».

A pesar de que pensó en regresar a España, la última crisis económica lo echó para atrás: «Se me quitaron las ganas. Mi mujer también me recuerda que ahí no podríamos tener el mismo nivel de vida que aquí. Si tienes un buen trabajo sí, pero cada vez hay menos». Como medida a seguir en su vieja tierra, Gude reconoce que «se tendrían que subir los sueldos, además de que deben competir mejor».

Sobre las virtudes de Estados Unidos, afirma: «Si le echas ganas tienes oportunidades, pero aquí hay que trabajar muy duro. Si no produces te vas rápido a la calle. Por suerte aquí he podido sacar adelante a mi familia». Sobre una vuelta a Galicia, reconoce que «la morriña siempre está ahí, pero tengo tres hijos en los que pensar».

«Aprecian el esfuerzo que haces»

Marta Lustres, residente en Reino Unido

Marta Lustres dejó Ribeira hace cuatro años para cambiar su residencia por Londres. «Ahí tenía trabajo temporal y decidí buscar algo mejor», dice. A pesar del paso de los años, no piensa en volver: «No lo tengo en mente, aunque no lo descarto por una buena oferta, pero es casi imposible». Ahora, como encargada de un hotel en la capital británica, reconoce que la experiencia «te permite conocerte a ti mismo. Te haces más fuerte. Papá y mamá no están para ayudarte. Además conoces gente de diferentes culturas, que se convierten en amigos y en tu familia».

Sobre las medidas que se podrían tomar en su viejo hogar, afirma que «deberían aprender en el ámbito laboral. Aquí hay oportunidades de todo tipo. Tienes la posibilidad de ascender en pocos meses si trabajas duro. En mi caso, el cuidado que la compañía tiene conmigo no lo experimenté nunca en España. Si tienes un problema, o si crees que la carga es muy alta, te buscan soluciones para que trabajes a gusto».

La ribeirense reconoce que en Londres se siente valorada profesionalmente, algo muy diferente a lo que ocurría en Ribeira hace no demasiado tiempo: «Aprecian el esfuerzo que haces, te pagan las horas extras y te dan los días libres que corresponden».