Las crías de píllara aumentan pese a los atentados contra los nidos

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En Barbanza habitan 47 de las 80 parejas que hay en Galicia del ave protegida

19 jun 2017 . Actualizado a las 12:40 h.

La píllara de las dunas es uno de los habitantes más particulares y amenazados que pueblan las playas de Barbanza. El ave, en peligro de extinción, ha encontrado un refugio natural en 14 arenales ubicados entre Boiro y Carnota, aunque por distintos motivos el nacimiento de polluelos se ha visto amenazado en varios de ellos. En Coroso (Ribeira) aparecían el pasado mes destrozados todos los huevos que había en el interior de la zona balizada para proteger los nidos. Se perdieron en esa ocasión 15 huevos, en lo que fue calificado como un «atentado medioambiental». A eso, hay que unir los que acabaron en las fauces de los perros que dejan sueltos o de un depredador natural, como ocurría con otras tres crías hace un par de semanas en Aguieira (Porto do Son). Y, sin embargo, en el último período creció la natalidad.

Podía haber sido este un gran año para la reproducción de la especie, indica la bióloga e investigadora del grupo de Biodiversidade Animal de la Universidade de Santiago, María Vidal. La coordinadora del equipo que trabaja en colaboración con la Xunta para la preservación de la píllara de las dunas explica que, aunque a estas alturas del 2016 había seis pollos volados y en el 2017 ya son diez, «ha sido un mal año porque empezamos con una mayor densidad de nidos y ha sido un palo muy gordo» ver como, por falta de una mayor concienciación y respeto, se iba reduciendo este número.

«Aún así, queda temporada por delante, porque hasta mediados de julio pueden seguir criando, especialmente en las playas grandes, donde ya ha crecido la hierba y tienen su propio espacio, en el que no suele meterse la gente», comenta Vidal, quien pone el ejemplo de Coroso, un arenal en el que nacieron el pasado lunes cuatro familias y están por hacerlo otras tres.

Presa fácil

Distinta es la situación en los arenales menos amplios, donde «o nacen muy pronto o les va a ser muy difícil salir adelante, porque cuando sube la marea apenas les queda espacio para poder convivir con los bañistas y son presa fácil para cualquier depredador».

Aunque hay grupos conservacionistas que apoyan la idea de acabar eliminando a la gente de las playas, tampoco vamos a favorecer así a la especie. Tiene que ser algo equilibrado»

Contra lo que se puede pensar, el humano no siempre es la principal amenaza e incluso, subraya Vidal, llega a ser un aliado para las crías de píllara (también conocida como chorlitejo patinegro) en zonas donde abundan sus depredadores naturales, como el cernícalo o el zorro. «En ese caso, cuanta más gente haya a su alrededor mejor, porque más difícil va a ser que se acerquen los otros», continúa la bióloga. Esto es lo que sucede en Noia o en la playa ribeirense de Balieiros, en Corrubedo. «Allí los pollos que llegan a volar son los que nacen a final de temporada», dice.

«Aunque hay grupos conservacionistas que apoyan la idea de acabar eliminando a la gente de las playas, tampoco vamos a favorecer así a la especie. Tiene que ser algo equilibrado», sostiene María Vidal.

El grupo que coordina lleva años siguiendo la evolución de la especie protegida y considera que, en general, los ciudadanos no son conscientes de la importancia de este ave, especialmente presente en Barbanza. Actualmente, de las 80 parejas que hay en Galicia, 47 viven en los arenales de la comarca, que se ha convertido también en la principal área de cría, pues ha habido en la zona más pollos hasta ahora que en todo el resto del territorio autonómico, a pesar de todas las incidencias que hubo.

Los investigadores que se encargan del seguimiento de la especie lamentan su desprotección

Los investigadores de la Universidade de Santiago que trabajan en el seguimiento de la evolución de la píllara de las dunas en Galicia desde hace años, recorriendo más de una veintena de arenales para localizar a nuevas crías y balizar el nido hasta que el pollo vuele, lamentan que la Xunta no colabore más en su protección.

Tenemos un gran bastión en Coroso, ella sola puede recuperar la población gallega si la playa se gestiona bien»

La coordinadora del Grupo Píllara de Galicia explica que «a la USC nos cuesta muchísimo dinero sacar adelante este trabajo sin recibir ningún tipo de ayuda pública, ni siquiera para cubrir el coste de los desplazamientos», y repara en la debilidad del modelo implantado por la Xunta. «No se puede depender del voluntariado, porque el problema es que un día se cansan y dejan de colaborar con el proyecto», dice.

María Vidal cree que no se está haciendo todo lo que se debería por la píllara. «Tenemos un gran bastión en Coroso, ella sola puede recuperar la población gallega si la playa se gestiona bien», sentencia la bióloga e investigadora de la USC.