La foto de la plantilla de la próxima temporada seguramente tendrá poco que ver con la que finalizó la que acaba de terminar
24 jun 2017 . Actualizado a las 00:46 h.La foto de familia que el Boiro haga la próxima temporada poco tendrá que ver con la que se hizo al final de la que acaba de concluir. En la plantilla boirense, tan solo Yago tenía un contrato superior a un año de duración, por lo que el resto de jugadores ya han concluido su relación contractual con el club barbanzano y son libres de escuchar ofertas y aceptar las que crean más convenientes para ellos.
Esta no es una circunstancia tan extraña en Segunda B, categoría en la cual se fichan futbolistas por un año y, una vez que acaba la liga, equipo y jugador vuelven a sentarse para negociar. El problema para el conjunto de Barraña es que ha perdido mucho tiempo. Desde el momento en el que se consiguió la salvación, hace ya más de un mes, la directiva no ha movido ficha y los futbolistas han recibido ofertas que, ante la situación de inestabilidad que vive el Boiro, han decidido escuchar y valorar. Pato y Marcos Álvarez ya han cambiado de aires. El primero jugará en el Ourense, para estar más cerca de su familia, pues ha sido padre recientemente, y el segundo defenderá la elástica del Pontevedra. Álvarez recibió la llamada de Luisito y poco tardó en aceptar su propuesta porque necesitaba «tener la ilusión de hacer algo grande en Segunda B», declaró el propio futbolista, tras «un año difícil, por las cosas que se dieron en Boiro».
El conjunto barbanzano no ha obtenido grandes resultados la temporada pasada, pero muchos conjuntos de la categoría reconocieron que tenía una gran plantilla, por lo que es normal que los equipos se interesen en los futbolistas. Romay ya tiene una oferta formal sobre la mesa del Fabril, aunque valora otras, y es muy probable que no vuelva a vestir la zamarra boirense.
Las decisiones que se tomen en la asamblea de mañana serán muy importantes para el club, ya que si continúa más tiempo descabezado, puede complicarse mucho la tarea de confeccionar un grupo que pueda competir a buen nivel en Segunda B.