Despedida del cole al ritmo de «Despacito»

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Las esperadas vacaciones ya están aquí y los alumnos de los centros barbanzanos le dieron la bienvenida

24 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que más se parece al último día de curso en colegios e institutos es una fiesta, y la que ayer se repitió por todo lo alto en los recintos educativos de la comarca tuvo muchos aspectos en común, desde la alegría por colgar los libros hasta el mes de septiembre, las meriendas y los juegos hasta la misma banda sonora. La canción más repetida durante la mañana fue el omnipresente Despacito, un éxito veraniego muy apropiado para dar la bienvenida a las vacaciones.

La canción, y otras por el estilo que suenan por doquier invitando a subir el volumen de la radio y ponerse a bailar, resonaron en las aulas de colegios como el Praia Xardín, donde los alumnos se convirtieron en los pinchadiscos encargados de animar la fiesta de despedida. Los improvisados disyoqueis apostaron por las canciones que figuran en las listas de éxitos, mientras que los más pequeños concentraron su atención en dar cuenta de la merienda que tenían preparada.

El día fue especialmente significativo para los chavales que abandonaban el centro en el que empezaron sus estudios para dar el salto al instituto. En el caso del Praia Xardín, las chicas mayores reunieron a sus compañeros de infantil y primaria en el gimnasio y realizaron varios bailes que arrancaron aplausos.

Juegos en O Grupo

En el centro de Ribeira también sonó el consabido Despacito en más de una ocasión durante la fiesta que protagonizaron los escolares del colegio O Grupo y en la que, además de la música, no faltaron los juegos. Los más aplaudidos fueron los que tenían agua de por medio, que los pequeños disfrutaron perfectamente equipados con sus bañadores y con los que se refrescaron tras el asfixiante calor que les acompañó en la recta final del curso.

Por su parte, los alumnos mayores del Galaxia improvisaron una especie de festival en el patio trasero del recinto. Allí, con un estudiante desempeñando magistralmente el papel de maestro de ceremonias, hubo de todo, bailes y chistes. El presentador animó a sus compañeros a participar, eso sí, siendo un ejemplo de tolerancia: no se admitían chistes racistas.

Donde sí se celebró un festival por todo lo alto fue en el colegio noiés Jaime Balmes, un recinto que reunió en el pabellón polideportivo a decenas de padres que siguieron orgullosos, por supuesto móvil en mano para inmortalizar los movimientos de sus vástagos, las actuaciones de los escolares. Bailarinas, indios y vaqueros trasladaron a los asistentes al lejano oeste con sus disfraces y coreografías.

Y en Muros, en la fiesta de cierre del curso se impuso el deporte, solidario para más señas. Los alumnos del instituto Fontexería pusieron su grano de arena en la campaña a favor de la biopsia líquida participando en la cuarta edición de la carrera pedestre, mientras que los que no corrieron colaboraron ocupándose del avituallamiento.