Barbanza baila hasta el máximo permitido

Antón PARADA RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Los concellos agotan el horario fijado por la Administración para los espectáculos musicales, que duran una media de seis horas

19 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La pasada semana, el Concello de Culleredo hacía pública la decisión de limitar el horario de actuación de las orquestas en sus fiestas a las dos y media de la madrugada, una hora por debajo del máximo permitido por la legislación autonómica, así como de restringir también la actividad y la música de las atracciones hasta las 1.30 horas. Con la conciliación laboral en el punto de mira, muchos se habrán preguntado, ¿cuál es la situación en los municipios de la comarca? Lo cierto es que es prácticamente homogénea, con una media de seis horas de duración por actuación. La mayoría suelen prolongarse hasta las tres y media de la mañana.

De esta forma, ninguna de las Administraciones locales de la zona ha regulado, mediante ordenanzas, el límite de las verbenas, ni el de uso de las atracciones de feria. Todos los concellos se acogen a la normativa de la Xunta, que estipula que los espectáculos tendrán que finalizar a las 3.30 horas, con media hora de prórroga en casos puntuales, como las fiestas declaradas de interés turístico.

Singularidades locales

Aunque la programación media de la hora de inicio y finalización de las verbenas se corresponde con las 23.00 y las 4.00 horas, sí hay concellos que han tenido los factores anteriores en cuenta. El caso más representativo es el de Noia, cuyo concejal de Festexos, José Pérez, apuesta por una organización festiva en la que las funciones de las grandes firmas de las orquestas gallegas no compartan jornada con otras y terminen cerca de las dos de la madrugada. Este planteamiento está orientado a que los visitantes se queden en la villa y consuman en el comercio local, a la vez que, precisa, se reduce el botellón.

Por otra parte, en Outes, la alcaldesa, Beatriz Molinos, indicó que han mantenido conversaciones internas para adelantar a las diez y media de la noche las actuaciones y que así los más pequeños y sus padres puedan disfrutar juntos de ellas. Se trata de un debate que también fue comentado entre el grupo de gobierno rianxeiro, aunque no se haya materializado en una decisión concreta.

Asimismo, en Porto do Son también se producen excepciones, como la de Portosín, donde los conciertos suelen terminar a las dos de la madrugada, tal y como afirmó el edil Manel Deán, para precisar que en O Son comienzan a las diez de la noche porque hace falta tiempo para que cada orquesta, con una media de tres horas de espectáculo, tenga tiempo de completarla.

Al otro lado del altavoz

Por su parte, Lousame se caracteriza por establecer la hora de comienzo a las once de la noche, ya que al contar con una población más dispersa no sufren tantos problemas por la contaminación acústica. En Ribeira, Boiro, A Pobra, Mazaricos, Muros y Carnota, las actuaciones suelen finalizar a las cuatro de la madrugada.

Aunque en la mayor parte de los casos las quejas vecinales que llegan a los ayuntamientos son minoritarias, existen casos históricos de barbanzanos que se ven obligados a vivir durante días con el televisor al máximo volumen, sin poder descifrar los diálogos.

Esta es la situación de una vecina ribeirense que lleva dos décadas residiendo en una de las calles que desembocan en la avenida del Malecón, una zona festiva en la que a partir de esta semana se irán sucediendo las citas musicales y en la que se colocarán las atracciones.

Teniendo en cuenta el potencial económico y el derecho a la diversión popular, esta persona aboga porque cada año se roten las localizaciones de los conciertos, ya que en su edificio, dice, hubo residentes que se tuvieron que mudar temporalmente a pisos de familiares.