La escasez de bivalvo fuerza a pósitos de la ría arousana a reducir los topes

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

matalobos

El cupo en Rianxo se bajó a dos kilos, en A Pobra a tres y en Ribeira a seis

24 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace algún tiempo, las cofradías de la ría arousana detectan una importante disminución de la cantidad de bivalvo en sus concesiones. La mayoría apuntan que la almeja fina está prácticamente desaparecida, pero la merma parece haberse extendido a otras especies y, según lo indicado por los dirigentes de las entidades, donde más se percibe es en el marisqueo a flote. La situación ha obligado a varios pósitos a reducir los topes de capturas con la intención de preservar los escasos recursos existentes y aprovechar que, debido a la proliferación de fiestas y a la llegada de turistas, el producto alcanza mayor valor en el mercado.

El patrón mayor de A Pobra, Juan Miguel Iglesias, afirma: «Hai pouca babosa, a metade do ano pasado e da xapónica, e os de a flote só temos zonas residuais ás que ir». Ante esta situación, el pósito ha decidido rebajar a cuatro y tres kilos los topes de la mayoría de las especies: «Na campaña anterior tíñamos cupos de cinco. A redución da produción vén de lonxe».

La situación es similar en el caso ribeirense y el responsable de la agrupación de mariscadores, Andrés Martínez, manifiesta: «Este ano cóllese menos marisco en Coroso e na Ameixida». Los productores se dedican únicamente a la almeja roja y si al inicio de la campaña estival la cantidad máxima por persona era de diez kilogramos, ahora se ha establecido en seis.

La regeneración de los bancos es uno de los aspectos a los que las cofradías conceden mayor importancia y en Ribeira acaban de realizar trabajos de limpieza y labrado del terreno en la zona de Pedra Pateira y A Ameixida.

Ni un kilo

Más crudo describe el panorama el dirigente rianxeiro, Miguel Ángel Iglesias, quien explica que el tope para almeja fina es de un kilo «pero ninguén o colle». El de japónica se ha fijado en dos, «porque non hai» y el de babosa en ocho, pero, en este último caso, el patrón mayor comenta que se trata de una situación excepcional: «Estamos traballando nunha zona na que morre moito e aumentamos a cantidade para poder sacar o máximo posible antes de que se perda».

El futuro, manifiesta el rianxeiro, no parece más prometedor. Explica que los muestreos que se llevan a cabo «indican que hai pouca cantidade».

Aunque el responsable del pósito de Aguiño comenta que esta campaña encontraron una buena zona productiva en las inmediaciones de Sálvora, recalca que se trata de un caso puntual y reconoce que, en la playa de O Castro, la cantidad de bivalvo que hay es menor que en temporadas precedentes.

Su homólogo pobrense ya anticipa que, de continuar así la situación, para el sector de a flote, al menos, «imos estar apretados». Juan Miguel Iglesias insiste en que «cando eu reclamo grava para rexenerar non é por un capricho, é para recuperar zonas que actualmente están mortas».

Lo único que más o menos se mantiene y, por ahora, da un respiro al sector, son los precios. Juan Miguel Iglesias comenta que, estos días, la parcela de babosa se comercializa en Ribeira a 14,20 euros, mientras que la de primera roza los 20 euros.

En el caso de la almeja roja, las cotizaciones también son bastante buenas, después de una ligera caída del valor a principios de mes, cuando bajó de los ocho euros. Ahora alcanza de nuevo los diez euros, con lo que se compensa la escasa cantidad.

Los profesionales dicen que hay pocos nutrientes en el agua y que el marisco no engorda

Los profesionales creen que es la conjunción de varios factores la que está provocando la merma en la producción. La mayoría coinciden en afirmar que el agua tiene pocos nutrientes y explican que esto motiva que el marisco tarde en desarrollarse o no engorde. El ribeirense Andrés Martínez señala que este es un año atípico y, como ejemplo, cita el hecho de que todavía no se ha registrado ninguna marea roja.

Otras circunstancias que desde el sector se atribuyen al descenso de la cantidad de bivalvo es el aumento de la temperatura media del agua y la falta de temporales que, dicen, son buenos para que el bivalvo se fije. Además, añaden que las emisiones contaminantes a la ría también pasan factura. Para el rianxeiro Miguel Ángel Iglesias este es, precisamente, uno de los aspectos más importantes.

Los responsables consideran que sería necesario llevar a cabo estudios pormenorizados para determinar cuáles son las causas e intentar combatirlas.