Los arqueólogos cierran otra fase de investigaciones en Moimenta y descubren dos nuevas cabañas

a. parada BOIRO / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Sin embargo, la verdadera importancia de los descubrimientos realizados en esta fase no tiene tanto que ver con la gran dimensión o la existencia de viviendas de los antiguos pobladores, sino con una particular actividad industrial de estos últimos

26 jul 2017 . Actualizado a las 11:30 h.

El Grupo de Estudos para a Prehistoria do Noroeste Ibérico (GEPN) de la USC ya ha cerrado la temporada de investigaciones en los yacimientos arqueológicos boirenses de Moimenta, pero todavía quedaban hallazgos por salir a la luz, como los indicios claros de dos zanjas de fondos de cabaña, que adelantarían la presencia de un par de construcciones en Chan do Cerqueiro. El problema es que la falta de tiempo no les permitirá definir la extensión y tipología de estas o la existencia de más estructuras.

«Chan do Cerqueiro é un xacemento calcolítico doméstico, é dicir, habitacional, no que se asentou un grupo nalgún momento do terceiro milenio a.C.», con esa descripción, el arqueólogo Carlos Rodríguez Rellán sintetiza los supuestos que su grupo maneja, tras haber explorado solo un 10 % del terreno -los restos materiales que supusieron el punto de partida de la investigación abarcan una extensión de 250 metros de largo por 80 de ancho- que previamente había sido mapeado mediante tecnología topográfica.

Sin embargo, la verdadera importancia de los descubrimientos realizados en esta fase no tiene tanto que ver con la gran dimensión o la existencia de viviendas de los antiguos pobladores, sino con una particular actividad industrial de estos últimos.

Centro industrial

«É moi probable que sexa un xacemento especializado na factura de puntas de frecha», destacó Rellán, precisando que en detrimento de la presencia de las habituales herramientas prehistóricas, como raspadores de pieles o perforadores, lo que se ha encontrado en cantidades ingentes en este punto es la munición para emplear en los arcos.

Dos de las claves para poder afirmar que aquí se producían en serie puntas de flecha son las preformas o esbozos de estas, así como las esquirlas microscópicas resultantes de las tareas de talla, que fueron apareciendo constantemente según se excavaba. Sin embargo, quedan pendientes varios interrogantes, como qué utilización tenían estas armas, si se usaron para la caza de animales o en conflictos bélicos. Por estos motivos, los arqueólogos reproducirán copias exactas para evaluar los tipos de impacto contra materiales que imiten huesos animales o humanos y así analizar las muescas resultantes y compararlas con las originales. Se trata de una técnica que requiere de años de experiencia.

Otra de las grandes puertas que se han abierto, al término de esta fase, se corresponde con indicadores de corte sociológico. Los arqueólogos creen que los habitantes de Chan do Cerqueiro podrían haber desarrollado esta suerte de industria armamentística para realizar trueques o intercambios con otros poblados cercanos o grupos extranjeros.

Precisamente, el descubrimiento de puntas de flecha de materiales no locales -se han detectado cuarzos que fueron identificados en Carballo y Silleda o trozos de sílex que podrían provenir de una zona entre Extremadura y Portugal- reforzarían esta hipótesis, algo a lo que también apuntan varias cuentas de collares encontradas, que los expertos creen que se trataría de variscita. Las únicas evidencias de la explotación prehistórica de este mineral verde, similar a la turquesa, nos llevarían hasta las minas de Palazuelo de las Cuevas, en Zamora.