Una estrella en las noches de Barraña

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Javier Fernández, Bicho, quien acaba de fichar por el Compos, pasó meses preparando su vuelta a la competición con el Boiro

01 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizás haya sido el secreto mejor guardado en Barraña hasta la noche del jueves y explique, en parte, el subidón competitivo y la escalada en la tabla que ha vivido el CD Boiro. Cada vez que caía la noche y llegaba la hora de entrenar, una estrella gallega del fútbol -con el permiso de Changui- descendía del firmamento para preparar su justo regreso a la competición. Javier Fernández Abruñedo, más conocido como Bicho, ya viste los colores del Compostela de Yago Iglesias, pero en su corazón quedará grabado para siempre el escudo boirista.

«Estar sin equipo es una situación desagradable, pero desde el primer día que entrené me sentí cómodo con los compañeros [del Boiro] y siempre me trataron como si fuese uno más del grupo», así de claro habla el sadense, que atesora una trayectoria de vértigo desde la base del Dépor, con debut en el filial y luego en el primer equipo, hasta que fichó por el Barcelona en el 2014, para militar en el bloque B de Segunda.

«Lo integramos en todas las tareas sin ningún tipo de distinción; la única diferencia con el resto es que el domingo no jugaba», explica de los últimos meses el técnico del Boiro, Luis Santiago, quien siempre ha mantenido una gran relación con Bicho. Cuando le expuso el caso al presidente boirista, nadie dudó un segundo en acogerle. «Para el bloque ha sido muy positivo, por su calidad e inteligencia para el juego, aportando la precisión que solo pueden dar aquellos que van sobrados de talento», valora el entrenador.

Del Dépor al Barça

«Jugar tan joven al fútbol profesional en un equipo como el Barça siempre es un orgullo», rememora Bicho, para señalar también que «el Dépor me lo dio todo, entré siendo alevín y me fui trece temporadas después. Recuerdo los años en categorías inferiores con mucho cariño y ya de adulto conseguí el sueño de cualquier niño de la ciudad, debutar con el primer equipo».

Mas el de Fernández es uno de esos casos del fútbol de élite en el que los infortunios logran sobreponerse a la calidad. Muy pocos saben explicar cómo un jugador con gran experiencia en Segunda y en Segunda B carecía de un contrato a la altura de sus botas. «Acaba de estar con la selección nacional de la AFE para futbolistas sin equipo y todos se preguntaban cómo podía estar sin equipo», desvela Santiago.

No obstante, la motivación de cada gota de sudor derramada sobre el césped de Barraña le hace aseverar al futbolista que «después de estos meses parado, me siento feliz de volver a tener equipo y de competir, porque cuando más disfrutas es jugando». Para él la categoría nunca marcará una diferencia a la hora de disfrutar de su trabajo, jugar dándolo todo sobre el campo.

De hecho, y aunque no ha tenido la oportunidad de ver los partidos de los de San Lázaro, Bicho sí ha seguido de cerca su esquema de juego y aspiraciones para hacerlos suyos. «A punto de cumplir los 24 años, el futuro aún le pertenece y estoy convencido que tiene tiempo de sobra para llegar a lo más alto», sentencia el técnico boirista.