El ribeirense que enseña a crear música: «Podes facer bases e ritmos desde cero, sen ter coñecementos»

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Cris Andina

Víctor Álvarez es profesor, técnico de sonido, teclista de la banda Måi y ahora ayuda a utilizar las nuevas herramientas tecnológicas

08 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida de Víctor Álvarez gira desde que era niño en torno a la música. Con 8 años empezó a tocar el piano que compró su familia y ya nunca se desvinculó de las partituras. Con el paso del tiempo fue desarrollando esa vocación hacia diferentes frentes, hasta el punto de convertirse en un auténtico todoterreno del mundo musical; tanto está sobre las tablas, al frente de los teclados con la banda Måi, que el año pasado se alzó con el tercer premio del concurso Narf; como entre bambalinas, en su faceta de técnico de sonido. Además, como titulado que es en Educación Musical, aprovecha cada oportunidad que le brinda el destino para compartir sus conocimientos. Su última oferta pasa por ayudar a aquellos que quieran crear bases y ritmos desde cero, con la ayuda de las nuevas tecnologías.

Fue durante el parón que propició la pandemia cuando este ribeirense decidió dar el último salto formativo y también laboral, convirtiéndose en técnico superior de sonido. Finalizados los estudios, el verano pasado recorrió Galicia arropando a artistas y grupos como Sés, Treixadura, A Roda, Celtas Cortos, Luar na Lubre o As Fillas de Cassandra. En unos meses, cuando llegue la temporada de festivales, confía en repetir la gira: «Traballamos sobre todo para artista galegos, tanto novos como consolidados, e tamén acudimos a festivais como o Rapa Sound de Sabucedo, o Kanekas de Cangas ou o vikingo de Catoira».

Su pasión por la música llevó a Víctor Álvarez a montar un estudio propio en su casa: «Gustábame gravar e a medida que o prezo dos equipos foi sendo máis asumible fun investindo neles». Explica que este ámbito ha ido evolucionando con el paso de los años, para situar la música al alcance de cualquiera: «Coa dixitalización do son ampliáronse as ferramentas que un ten á súa disposición para crear e compoñer. Nun ordenador, un pode ter todo tipo de instrumentos, mesturar, gravar...».

Riesgos y ventajas

Es consciente de los riesgos que abre la aplicación de las nuevas tecnologías al mundo de la música, con artistas que saltan a la fama gracias a sus voces totalmente distorsionadas en un estudio, pero él prefiere destacar los aspectos positivos: «Os arranxos en estudo existen desde hai décadas, pero logo chegan os directos e aí é onde hai que demostrar». Tampoco ve los ordenadores como una competencia para los músicos: «Esas bases están feitas por músicos. É coma o compositor que crea para que unha orquestra interprete as súas pezas».

Por contra, para Víctor Álvarez, las nuevas tecnologías permiten acercar la música a las masas, situar la creación musical al alcance de cualquiera: «Podes crear bases e ritmos desde cero, sen ter coñecementos. É case como pedirlle ao ordenador o que queres que faga un instrumento e empeza a soar». Claro que es imprescindible saber manejar los equipos: «Calquera pode compoñer de cero, cun ordenador e un programa axeitado. Certo é que para utilizar todas esas ferramentas que poñen á nosa disposición as novas tecnoloxías hai que formarse e desa formación vai depender o resultado do produto final».

Reconoce que estas posibilidades que abre la digitalización del sonido causan furor entre los más jóvenes, pero alude a que también los músicos profesionales recurren a ellas: «Permítelle a cada membro dun grupo facer un bocexo na casa e despois compartilo, para ter un camiño andado cando se chega aos ensaios. Tamén é moi empregado no folk, para mesturar a música electrónica coa tradicional». De hecho, considera que debería formar parte del programa formativo de los conservatorios.

Como artista, como profesor o como técnico, la vida de Víctor Álvarez sigue girando, como lo ha hecho siempre, en torno a la música: «En todas as facetas estou cómodo, porque todas me gustan. A miña paixón pola música é vocacional». Quizás por ello está interesado en que aquellos que sienten interés por este mundo tengan acceso a él sin pasar por el sacrificio y la dedicación que supone dominar un instrumento o la propia voz: «Iso é outra cousa, require de moito estudio e moita paciencia».