«Nadie puede gritar como lo hacía este hombre si no se está muriendo»

A POBRA DO CARAMIÑAL

MARCOS CREO

Dos hermanos acudieron a la llamada de auxilio de un pescador en una playa de A Pobra; un operativo busca a la víctima

01 sep 2015 . Actualizado a las 12:58 h.

Son muchas las incógnitas que rodean a la desaparición de un pescador deportivo que, en la madrugada de ayer, se cree que murió ahogado en la turística playa de Cabío, en el municipio coruñés de A Pobra do Caramiñal. Pasaban unos minutos de la medianoche del domingo cuando dos turistas que paseaban por este arenal escucharon una «desgarradora» petición de auxilio. Se trata de los hermanos Juan Carlos y José María Peláez González, que disfrutan de unos días en este plácido rincón de la costa barbanzana. La marea estaba baja y la calma reinaba en la playa. «Al principio no sabíamos qué pasaba, pero no tardamos en darnos cuenta. Nadie puede gritar como lo hacía este hombre si no se está muriendo ahogado».

La reacción de los hermanos Peláez González fue inmediata. Primero intentaron coger una de las pedaletas que hay en el arenal, pero tenían candado; hicieron los mismo con las piraguas que había sobre la arena, pero tuvieron la misma mala fortuna. «Entonces vimos una zódiac de los socorristas, pero no tenía remos. Así que improvisamos uno», recordaban ayer José María y Juan Carlos. Fue precisamente este último el que remó unos cien metros en la zódiac hasta las rocas de las que procedían los gritos. Poco antes de llegar la llamada de auxilio se apagó para siempre. Ellos regresaron a tierra y llamaron al 112.

El operativo de búsqueda se activó en pocos minutos. Policía Local, Guardia Civil y el 061 se personaron en la playa. José María necesitó asistencia médica. Sufre una enfermedad que, a causa de la humedad y el frío, se agudizó y tuvo que pasar la noche en el hospital de Barbanza.

Pruebas analizadas

A primera hora de la mañana de ayer se reactivó la búsqueda. Las rocas de las que procedían los gritos fue la primera zona en ser inspeccionada a la luz del sol. Allí apareció un traje de agua con cortes y una sola bota de goma. Ambas prendas fueron entregadas a la Guardia Civil, que ayer, al cierre de esta edición, tenía dudas de que perteneciesen a esta persona. La investigación, por ahora, descarta que pueda tratarse de una muerte violenta. La hipótesis más fiable apunta a que el hombre estaría pescando o cogiendo marisco, práctica muy habitual en esta franja del litoral. Basta decir que, en la madrugada de ayer, coincidiendo con la llegada de los policías tras la alerta del 112, decenas de furtivos salieron espantados de diferentes puntos del arenal para no ser denunciados.

El hecho de que ayer, al cierre de esta edición, tampoco se hubiese presentado una denuncia por la desaparición de un vecino de la comarca complica un poco más las pesquisas. Además del operativo por tierra y mar con lanchas, a primera hora de la tarde de ayer se sumó un equipo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, que realizó inmersiones. Los agentes estuvieron en el agua hasta poco después de las 20.30 horas, pero no encontraron el cuerpo o alguna pista. La intención es proseguir hoy la búsqueda para localizar los restos, aunque tampoco se descarta que todo sea fruto de una confusión y que los gritos fuesen de un hombre que no perdió su vida.