Fallece a los 104 años Juan Muñiz, el abuelo de Boiro

Christopher Rodríguez
Christopher Rodríguez RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

Juan Muñiz Tubío (en el centro) acompañado de su hijo, recibió este año la visita del alcalde de Boiro con motivo de su 104 aniversario.
Juan Muñiz Tubío (en el centro) acompañado de su hijo, recibió este año la visita del alcalde de Boiro con motivo de su 104 aniversario. CEDIDA

Tras la Guerra Civil  tuvo que decidir si enfundarse el uniforme de la Guardia Civil o bien desarrollar su actividad profesional en la naturaleza, su gran pasión

15 dic 2023 . Actualizado a las 20:34 h.

Boiro llora la pérdida de su vecino más longevo. Juan Muñiz Tubío, que el pasado 23 de marzo sopló 104 velas, ha fallecido después de una vida tan larga como plena. Su honestidad y el amor que le profesó a su tierra estarán para siempre en el recuerdo de su familia y de la localidad, que hoy es un poco más huérfana que ayer.

Juan Muñiz Tubío nació en Boiro en el año 1919 y pasó los primeros años de su vida en San Mauro. Su juventud, al igual que la de todos los de su generación, estuvo marcado por el inicio de la Guerra Civil. Con la conclusión del conflicto armado en España, el boirense tuvo que decidir si enfundarse el uniforme de la Guardia Civil o bien desarrollar su actividad profesional en la naturaleza, su gran pasión. No hubo dudas, Juan Muñiz ingresó en la patrulla forestal después de formarse en la escuela de Lourizán. Puntual como pocos, desempeñó un oficio con el que recorrería Galicia de cabo a rabo repoblando montes hasta el día de su jubilación.

Ya retirado, el hombre pasaba los días disfrutando de su municipio natal, por el que caminaba cada mañana sin falta pese al paso de los años. Su hijo Juan Muñiz recuerda la riqueza humana de su padre, destacando que era una fuente de sabiduría al que amigos y familiares acudían como proveedor de consejos: «Máis sabe o Demo por vello que por Demo. Sempre foi moi honesto e amaba o sentido da xustiza». 

Lo de su longevidad, tal y como relataba él mismo, no tenía muchos secretos. El amor con el que cada día se despertaba para desempeñar su trabajo, sumado a una dieta equilibrada y la tranquilidad, son las fórmulas que siempre relataba a cualquiera que le preguntase. Quizás las penurias que pasó en tiempos de la posguerra también ayudaron a forjar a un hombre al que nunca le falló la firmeza.

Pese a que los achaques del tiempo son inevitables para cualquiera, la lucidez siempre estuvo presente en Juan Muñiz Tubío, del que llamaba la atención la gran memoria que atesoraba. Desde vivencias de la posguerra, marcada por el hambre, a anécdotas residuales en el pueblo, el boirense era una enciclopedia de recuerdos para todo aquel que tuvo la oportunidad de intercambiar unas palabras con él. También destacaba por su altura, llegando al 1,90, continuando con pasos regios y sin encorvarse hasta el fin de sus días.

Sus restos mortales podrán ser velados en el tanatorio Santa Eulalia de Boiro mañana hasta las 15.00 horas. En ese momento el cuerpo saldrá del recinto para la celebración del funeral en la iglesia parroquial, tras esto Juan Muñiz Tubío, el abuelo de Boiro, será incinerado.