Un paseo por el patrimonio industrial de Lousame poniendo el foco en la historia de las mujeres

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

LOUSAME

Una de las paradas favoritas de los caminantes es la fábrica de Fontán, en el lugar de Castro.
Una de las paradas favoritas de los caminantes es la fábrica de Fontán, en el lugar de Castro. cedida

El itinerario busca poner en valor el trabajo femenino en las fábricas papeleras durante el siglo XX

19 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ponerse a leer un libro de historia puede convertirse en una tarea lo suficientemente tediosa como para despertar el rechazo de cualquiera, sobre todo después de una jornada laboral. Otra cosa es hablar de un buen paseo por el monte en el que la naturaleza, las anécdotas y los datos se entremezclen hasta el punto de crear el ambiente perfecto en el que abrir la mente y aprender.

Por eso desde el Concello de Lousame han dado forma a una variante de la ruta que va desde el río Vilacoba hasta el de San Xusto. Este nuevo itinerario busca poner en valor el patrimonio industrial del término barbanzano, así como resaltar el papel de los cientos de vecinas que trabajaron durante buena parte del siglo XX en las fábricas de papel que operaban en los alrededores de los ríos.

Estas estructuras, que antaño dieron de comer a tantas familias y fueron un símbolo de progreso, en la actualidad son el testigo incorruptible de un mundo del que ya solo quedan los recuerdos, por eso desde la Administración local han querido crear un recorrido con el que darlas a conocer a todos los curiosos que quieran acercarse. La encargada de darles forma y contenido ha sido la geógrafa y técnica del departamento de Cultura Mayte Sobradelo, que explica que una de las primeras paradas es la fábrica de Soutorredondo, en la parroquia de Lesende.

Aunque los años no perdonan a nadie ni a nada, lo cierto es que la estructura sigue en muy buen estado. A pesar del tiempo, el edificio sigue siendo un coloso de piedra en medio de la naturaleza del que llaman la atención la gran cantidad de ventanas que presentan sus muros. Esto tiene una explicación, pues según la guía de las rutas, antes el proceso de creación del papel pasaba por mojar la materia prima y secarla después.

El sitio perfecto

La experta manifiesta que en su momento la localización del término barbanzano, muy cercano a puertos importantes como el de Noia, jugó mucho a su favor, ya que a través de ellos llegaban los trapos con los que se hacía el papel. Cuenta que durante las rutas se esfuerza en explicar cómo en las factorías de aquel entonces no se utilizada la celulosa, sino este tipo de telas usadas.

Estas pasaban por un proceso de lavado antes de ser machacadas por grandes rocas redondeadas que aún se pueden ver en fábricas como la de Fontán, otro de los puntos fuertes de la ruta. El nombre del complejo llama la atención por su vinculación directa con la figura de Domingo Fontán, autor de la Carta Geométrica de Galicia, el primer mapa moderno del territorio autonómico.

A parte de los datos que va soltando Sobradelo durante la ruta destacan las anécdotas e historias de mujeres que suele contar a los caminantes. Para ella, lo importante es dejar claro que el trabajo femenino fue vital para el funcionamiento de la industria papelera durante buena parte del siglo XX, especialmente a partir de la segunda mitad: «Antes eran homes os que dominaban as listaxes de traballadores, pero cos anos foi cambiando a situación».

La técnica explica que en este mes de marzo está pendiente de celebrarse una ruta en la que participarán vecinas sin cuyo esfuerzo, las fábricas no hubiesen llegado a ningún lado: «Moitas delas contan que facían un pouco de todo, dende filtros para cafeteiras ata produtos máis refinados como papel de envolver».

Esta ruta, que podrá disfrutarse cuando así lo anuncie el Concello de Lousame o si lo solicitan grupos de participantes o particulares, continúa siguiendo el caudal del río Vilacoba hasta arribar a la antigua planta de Brandia.

Al llegar a este punto, los paseantes pueden visitar las instalaciones de la parte más antigua del complejo, el primero en ponerse en funcionamiento en la zona: «Na parte máis vella poden verse os muros derruídos». Justo al lado de encuentra la parte más moderna de la estructura, que estuvo funcionando hasta los años 80, cuando los dueños decidieron trasladar su actividad a Santiago con el objetivo de optimizar los recursos.