La herencia de Tacho pervive en el CIFP Coroso

José Antonio Ventoso EXDIRECTOR DEL CIFP COROSO

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

30 mar 2017 . Actualizado a las 11:19 h.

Tacho Lijó fue uno de los fundadores del centro de FP en Ribeira, en los ya lejanos años 70. Tacho para los amigos, señor Lijó para los alumnos, inició su largo y fructífero camino en la enseñanza como profesor de tecnología eléctrica en el CIFP Coroso y a ella dedicó su vida. Sus prioridades siempre las tuvo claras. Su familia, con su querida Ana al frente, y sus adoradas nietas como broche de honor. La empresa familiar a la que dedicó los mejores años de su vida, su peña del Pescador a la que fue fiel hasta el último día de apertura del local y Forcarei como segunda patria soñada. La formación de alumnos fue su otra gran pasión

Pusimos en marcha el instituto en 1976, ante la desventura de los alumnos matriculados en un centro inexistente y el desinterés de la Delegación de Educación, partidaria del monopolio del politécnico de Santiago como centro de FP para la provincia de A Coruña sur. Los responsables consideraban un despropósito llevar la formación a las comarcas y ciudades medias de Galicia

¿Te acuerdas, compañero y apreciado amigo? Habilitamos la tercera y cuarta planta de la plaza del pescado. El Ayuntamiento subvencionó los materiales. Alumnos y profesores, contigo de jefe de obra, articulamos grúas, levantamos paredes, tendimos cableado y, asombroso, lo pusimos en marcha en menos de dos meses. Lo más curioso es que nadie nos lo pidió, ni exigió, podíamos continuar cobrando el salario desde casa. No fue el caso, creíamos en la hermosa tarea de formar y educar. Éramos de Ribeira, jóvenes entusiastas, militantes de una nueva España dispuesta a colaborar en la transformación del país. Nunca te importaron las ideas o ideologías distintas, sino la voluntad de encontrar espacios de colaboración y ayuda en beneficio de los alumnos

Aquellos alumnos, con Manolo Sieira y Suso Pérez a la cabeza, montaron los talleres, con el señor Casanova en la sala de máquinas, tú desde la empresa solucionando problemas y yo, en el Ayuntamiento, pidiéndole a nuestro concejal mecenas, Bernardo González Mariño, vales de material. Seguimos, gracias al apoyo de la cofradía. De manera desinteresada nos cedió una planta de sus dependencias para impartir clases. En el centro tú fuiste el instrumento principal y necesario para dotar a la rama eléctrica de unos altos estándares de calidad que las empresas siempre valoraron en la formación de los alumnos ya convertidos en trabajadores.

En el CIFP Coroso organizaste la rama de electricidad y electrónica. Pusiste en marcha las políticas de calidad que permitieron convertirlo en un centro puntero de referencia gallega y española. Como director siempre fuiste un leal colaborador. Eso sí, nunca salía gratis. ¡Tacho!, ya gastaste el presupuesto del departamento y aún estamos en septiembre: «Si me pides un alto nivel de calidade non chega co xiz, precísanse maquetas, robots e maquinaria de última xeración. Apunta e desconta a prazos». ¿Qué podía reprocharle?

La comunidad educativa del CIFP Coroso a lo largo de cuarenta años, y todos los que coincidimos contigo en la hermosa tarea de formar a los jóvenes para que intenten construir futuros de esperanzas, te recordaremos siempre.