Puerta con puerta con un narcopiso en Ribeira: «Oímos cómo queman la cocaína»

Christopher Rodríguez
CHRISTOPHER RODRÍGUEZ RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

La calle Xohana Torres se sitúa en las inmediaciones de un centro educativo.
La calle Xohana Torres se sitúa en las inmediaciones de un centro educativo. CARMELA QUEIJEIRO

Episodios de conflictividad y el tránsito de toxicómanos agresivos comprometen la convivencia en una zona residencial próxima a un centro educativo

14 abr 2024 . Actualizado a las 18:29 h.

La lacra de la droga está mucho más instaurada en la sociedad de lo que pudiera pensarse en una primera reflexión. Prácticamente como una enfermedad, se extiende por cualquier esquina siendo indetectable en sus inicios. Los narcosubmarinos o los buques cargados de estupefacientes son tan solo la punta del iceberg de una problemática con la que a algunos les toca coexistir a escasos metros. Vecinos de la calle Xohana Torres, en pleno casco urbano de Ribeira, pueden dar buena fe de ello, llegando hasta una profunda desesperación. Denuncian vivir puerta con puerta con un narcopiso en el que los conflictos se han convertido en el pan de cada día y en el motivo de sus dolores de cabeza.

Explican que ha sido un proceso paulatino que ha derivado en una situación insostenible y que están hartos de tener que hacer frente a problemas que, literalmente, llaman a la puerta de sus hogares. «Nos timbran de madrugada porque vienen a pillar y no les abren. Llegas al edificio y hay una persona esperando, otra fumando un porro en la puerta... La cosa se está poniendo muy seria», lamenta un residente en la citada calle.

Los vecinos denunciantes aseguran que en el inmueble reside una pareja de okupas que vive en el lugar desde hace más de un año, aunque con idas y venidas. Los conflictos no vienen de ahora, ya que hace meses ya tuvieron sus más y sus menos con ellos por otros motivos, pese a que en ese momento dicen que los estupefacientes no eran un problema tan candente en la zona.

«Nos enteramos hace poco de que venden droga. Antes llamábamos a la policía cada dos por tres por follones de otro tipo, pero últimamente la cosa está fuera de control. Oímos como queman la cocaína», confirma otro residente en el bloque.

Graves amenazas

El problema del que se queja el vecindario no solo tiene que ver con la insalubridad de que numerosas personas transiten por las zonas comunes, incluso llegando a consumir drogas en ellas. También se han registrado conflictos en los que los toxicómanos que presuntamente van a comprar droga a Xohana Torres han amenazado a vecinos y a su supuesto proveedor.

De hecho, la semana pasada una acalorada discusión por una deuda derivó en un vídeo que corrió por redes. En él se ve como dos personas profieren insultos desde la carretera mirando hacia un edificio. Para completar la escena, uno de ellos lanza contra el suelo un extintor que había arrancado de la pared en el fragor de la trifulca con uno de los vecinos que residen en el supuesto narcopiso.

Asimismo, la preocupación se prolonga más allá del bloque foco de incidentes. Los residentes destacan que la calle Xohana Torres es un área tranquila que confluye con una zona de juegos para niños y con un centro educativo de primaria. Denuncian que los toxicómanos no solo trapichean en el interior del edificio, sino que la práctica se ha extendido a la vía pública.

En la última junta de seguridad local de Ribeira, se habló de aumentar la presencia policial en puntos conflictivos, algo que los vecinos de la zona no han apreciado. El Concello, por su parte, va a solicitar a las policías Nacional y Local que incrementen las patrullas en el área.

Desde las fuerzas del orden, apuntan que el tema es el de siempre: las limitaciones. Sin una orden judicial no pueden acceder a la vivienda y las multas que puedan imponer a los toxicómanos por posesión de drogas no van a ser pagadas debido a su insolvencia.

Para hacer frente a esto los vecinos han decidido tomar cartas en el asunto. Aseguran haber remitido un burofax a los inquilinos y a la propiedad del inmueble denunciando las prácticas que creen que allí se realizan. Es solo el principio, dicen, ya que su intención es llegar hasta donde haga falta para poder volver a sentir sus casas como un hogar.