Los frutos del mar sedujeron a miles de vecinos en Barbanza y A Costa da Morte

CARBALLO

13 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

ribeira / carballo | Sin exagerar lo más mínimo, podría decirse que las comarcas de Barbanza y A Costa da Morte se convirtieron ayer en una cocina de dimensiones descomunales.

Sólo así se entiende que en la mayoría de sus municipios pudiesen presumir a lo largo de la jornada de una o incluso varias fiestas gastronómicas; unas comilonas de impresión en las que, ayudados por un día de nubes y claros que en algunos puntos no invitaba demasiado al turismo de arena y sombrilla, se dieron cita miles de personas.

Y, como no podía ser de otra manera en tierras marineras, la mayoría de estos banquetes tuvieron como protagonistas a los exquisitos frutos del gigante azul: Pulpo, mejillones, sardinas o lapas hicieron las delicias de gentes llegadas de todas partes.

Pulpo

Concretamente, fue el pulpo uno de los manjares que en más mesas se coló. En el mismo día en el que miles de personas peregrinaron hacia las tierras ourensanas de O Carballiño para probar el rey de los tentáculos en la gigante cita gastronómica de este municipio, en Barbanza y A Costa da Morte demostraron que en la zona este bicho marino se come mirando a las aguas en las que crece. Así, hubo cita con el cefalópodo tanto en Muxía como en la localidad de Porto do Son.

Ni una boda griega dudaría tanto como el banquete que se dieron ayer los sonenses. Las raciones de pulpo comenzaron a servirse a partir de las doce del mediodía. A la una de la tarde, ya se contaban por centenares las personas que, palillo en mano, degustaban «os mellores rabiños» aderezados con el pertinente aceite «e o seu picantiño».

Lo curioso es que, tras varias horas sirviendo raciones, los pulpeiros llegados desde Ponte Ulla hicieron un breve descanso y, a partir de las 18.00 horas, tuvieron que poner de nuevo en marcha los fogones. Con semejante comilona, a los asistentes -la organización, que depende de la asociación de empresarios, cifró al mediodía la participación en más de mil personas- no les quedó más remedio que bailar de lo lindo para compensar los excesos. Hubo juerga para todos y, a media tarde, la animación era total: «Está todo mundo encantado», enfatizó el alcalde sonense, Manuel Tomé.

Muxía

En Muxía la celebración se desarrolló en el paseo marítimo de la localidad y fueron muchos los vecinos y visitantes que se acercaron hasta la carpa instalada por los organizadores para degustar una ración de pulpo á feira.

Esta jornada gastronómica, que ya es una de las clásicas del verano de la Costa da Morte, se completó con la actuación de los gaiteiros de la asociación local Punta da Buitra, que fueron los encargados de amenizar la sobremesa.

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