A Barca mantiene el tirón pese a las graves muestras de incivismo

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Ayer había restos de muebles y basura en varios puntos de la localidad.
Ayer había restos de muebles y basura en varios puntos de la localidad. XESÚS BÚA

El Concello emplea a unas 60 personas solo para retirar la basura

17 sep 2014 . Actualizado a las 13:37 h.

La romería de Nosa Señora da Virxe da Barca volvió a demostrar este fin de semana que tiene un tirón insuperable en la comarca y que se mantiene como referencia en Galicia, pese a que persisten los mismos problemas de falta de civismo, comunes a la mayor parte de fiestas de la zona y que en Muxía se ven multiplicados dadas las dimensiones que cobra la celebración.

La asistencia a los oficios católicos, en el primer año con el santuario cerrado por las obras, incluso pudo incrementarse, tanto en la novena como en las misas y la procesión del domingo, según los testimonios del párroco, Manuel Liñeiro, y de los organizadores. En cambio, el panorama fue bien distinto en lo que respecta a la romería no religiosa. Los campistas adelantados del jueves este año prácticamente no existieron y la afluencia del viernes quedó muy por debajo de las ediciones en las que las colas de vehículos se extendían unos ocho kilómetros hasta Quintáns, en parte porque la regulación del tráfico también era más deficiente que la actual.

El sábado, aunque tampoco llegaron a llenarse del todo las fincas particulares habilitadas para las tiendas, sí mejoró el panorama de forma sensible y el domingo a mediodía la localidad ya volvía a lucir el abarrote habitual por estas fechas.

Con tal afluencia de gente llegaron también los problemas de suciedad o falta de respecto por el espacios públicos, con coches aparcados sobre los jardines, tiendas diseminadas por cualquier rincón y puestos comerciales proliferando al margen de los oficialmente establecidos. Unas deficiencias que, por repetidas y comunes, parecen ya hasta normales tanto en A Barca, como en otras muchas romerías y fiestas de la zona.

No lo ve así, en cambio, el alcalde, Félix Porto, que destacó el «inmenso traballo» de la comisión, los operarios del Concello y todos los colaboradores, para sacar adelante una tarea realmente complicada, pero entiende que hay cosas que se deben mejorar y comportamientos a erradicar «porque o que a xente non fai nas festas do seu pobo tampouco o pode facer en Muxía».

Porto quedó muy satisfecho con la afluencia de público, sobre todo en la misa del domingo y la procesión que «foi espectacular» y con el «baixo nivel» de incidentes graves que tuvieron que atender los equipos médicos y de seguridad. En cambio, a él también le parece excesivo que el Concello tenga que destinar «entre 50 e 60 persoas» para limpiar la basura que muchos dejan tirada. De ahí que considere que haya que «ir modificando hábitos, cada ano unha cousa, de cara ao fin último, que é normalizar todo isto».

En cuanto a seguridad, pese a algunas quejas en las inevitables tardanzas, el dispositivo, con cuatro ambulancias y los especialistas del Samur madrileño, que aportaron un plus de respuesta, respondió de manera satisfactoria y Muxía volvió a salir airosa de una papeleta muy difícil.