Vivimos tiempos de olvidos

Luis Lamela

CARBALLO

LUIS LAMELA

Durante estos días, igual que el verano anterior, recuperé lo que muchos llaman, desdeñándolos, «viejos papeles»

17 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando me enteré que la documentación atesorada durante decenios y decenios por familias de mi zona de origen -Ñica Tanarro, la Banca Manuel Miñones, los González Lago...- terminaron arrojadas, por una u otra razón, al mar, o la quemaron, sentí enorme disgusto. Sus herederos, o los propietarios que adquirieron sus viviendas se deshacen o destruyen una documentación que refleja la microhistoria y la historia de individuos, y también de pueblos, en los que no hay un archivo para depositar esa rica documentación y ponerla a disposición de los investigadores. Vivimos un tiempo de olvidos... Durante estos días, igual que el verano anterior, recuperé lo que muchos llaman, desdeñándolos, «viejos papeles», así como negativos y antiguas fotografías que esconden o reflejan rostros de gentes que desconocemos su aventura vital, individuos que dejaron de existir físicamente y fueron borrados de la memoria hace mucho tiempo... Ahora me toca estudiarlos, analizarlos, escanear imágenes... darles otra vez vida. Salvarlos de la desmemoria. Y, mientras tanto, convierto mi domicilio coruñés en el archivo que no existe en los pueblos de la Costa da Morte. ¿Y después qué? ¿Seguirá el mismo camino, el mar o el fuego? Libros, singulares y descatalogados, antiguos o viejos; cerámica y otros objetos de barcos naufragados en nuestro litoral hace más de 100 años; documentos históricos, muchos de la guerra civil, la represión franquista y la sórdida posguerra de los vencidos en Galicia; fondos personales de Pepe Miñones; soportes magnéticos con testimonios de individuos que atesoraban remembranzas y que ya se han ido; revistas antiguas, periódicos fundados por antiguos vecinos nuestros; recortes de prensa, fotografías e interesantes fondos de negativos fotográficos, cartas... En fin, muchos años de minucioso y riguroso trabajo, pero, visto lo visto, a veces me pregunto, ¿tendrán solución de continuidad? ¿A qué institución de la Costa da Morte podría donarlos en un futuro?...