23 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.
Los rigores de la vida actual nos dan golpes de forma periódica. Nuestros mayores se desorientan. El mundo se ha convertido a veces en un escenario inexplicable. El rural empieza a estar abandonado y alejarse de casa se convierte en un peligro. Lo que hicieron toda su vida con naturalidad deviene en un riesgo. La gente ya no anda ni trabaja en los montes y no hay el auxilio de decenios atrás. El rural se convierte en un mundo hostil.