El Día de la Madre abarrota los restaurantes de la Costa da Morte

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Basilio Bello

En algunos locales las reservas se hicieron con hasta dos meses de antelación

08 may 2023 . Actualizado a las 19:05 h.

Los rezagados de última hora que ayer optaron por disfrutar de la festividad del Día de la Madre en un restaurante de la Costa da Morte se vieron obligados a desistir. Ni llamadas telefónicas ni peticiones a la desesperada. La gran mayoría de los hosteleros de la Costa da Morte pusieron el cartel de completo y el letrero de reservado en todas las mesas. O uno iba con reserva previa, se aprovechó de una cancelación de última hora o acabó comiendo en casa.

El comer bien, fuera de casa y en buena compañía se ha convertido en un ritual para muchas familias de la Costa da Morte. También para los turistas y visitantes que desde Semana Santa disfrutan de unos días de asueto en la Costa da Morte. En algunos casos, las peticiones para poder disfrutar de una celebración gastronómica en familia y con los amigos se tramitaron con dos e, incluso, tres meses de antelación, como apuntaron en Casa Pastoriza de Cuns, Coristanco, donde colgaron el cartel de completo hace ya semanas para el Día de la Madre: «As reservas comezaron a facerse hai dous ou tres meses e temos todo cheo. Para as vindeiras fins de semana temos algo de oco, poderemos respirar un pouco, pero hoxe é imposible».

Marcos Seoane, gerente del Río Sil de Carballo, mostró una opinión similar: «Temos sitio no comedor para setenta comensais e está todo cuberto para hoxe [ayer para el lector]». En su caso, las jornadas gastronómicas dedicadas al buey son uno de sus principales reclamos, pero no el único: «Hai xente que, incluso, reserva dun ano para outro e non quedar así sen mesa para o Día da Nai». Para Marcos Seoane, la festividad del Día de la Madre es uno de los que va marcado en rojo en el calendario anual de la hostelería.

En el A de Pako, su propietario Paco Varela apuntó: «Temos as sete mesas do comedor, as oito da cafetería e as da terraza reservadas. Dende o mércores xa tiñamos todo cuberto para o Día da Nai». Y eso que Paco Varela es muy reacio a reservar con varias semanas a la vista: «Salvo que sexa unha persoa coñecida ou un cliente habitual, non son partidario de facelo porque logo pasa o que pasa, hai cancelacións de última hora e perdes de ofrecer unha mesa a outro cliente».

En el restaurante O'Fragón de Fisterra, María Xosefa Insua Canosa dijo que tenía «todo cuberto» para la jornada de ayer. Nueve mesas en total. Las peticiones se empezaron a tramitar hace ya varias semanas: «A xente volveuse moi previsora. O que antes era chegar e xantar ou, como moito, facer unha reserva con 24 horas de antelación, agora converteuse en algo máis planificado para evitar sorpresas de última hora».

En A Lonxa D'Álvaro, su propietario, Álvaro Rodríguez Caamaño, se mostró ayer exultante. El emblemático y reconocido establecimiento de Muxía tenía todo listo para dar servicio a cien comensales: «Regalaremos unha rosa a cada nai como agasallo», apuntó una hora antes de empezar una dura y larga jornada de trabajo. Como indicaron en O'?Fragón, el cliente se ha vuelto mucho más previsor para no quedarse sin su mesa: «A xente que vén ata aquí gústalle xantar con tempo e calma e, incluso, quere un tardeo, gozar da sobremesa», indicó Álvaro Rodríguez, quien prevé unos meses de trabajo, sobre todo los fines de semana, aprovechando el tirón del «Camiño dos Faros, do Camiño de Fisterra-Muxía e do parador».

En el Albaroque carballés también estaban hasta los topes de trabajo: «Temos 27 mesas e todas están ocupadas para hoxe. Se non ten reserva previa non hai nada que facer, estamos completos dende hai uns quince días máis ou menos».

«Eramos seis, fomos a dez restaurantes e acabamos comendo na casa» 

Una familia de Laxe intentó ayer comer fuera. Eran seis los que quisieron disfrutar del Día de la Madre en un restaurante: «Fomos a dez restaurantes, preguntamos en todos eles se daban de comer. Nós non levabamos reserva e en todos eles nos dixeron que estaba todo reservado. Acabamos comendo na casa».

Pepe Formoso, propietario del Bela Muxía y el Bela Fisterra, además de presidente de la entidad APTCM, que suma 140 socios, aseguró que la hostelería ha vuelto a niveles de actividad «prepandemia». También considera que el comensal opta, por lo general, más por la planificación, dejando a un lado la improvisación de antaño. Una opinión compartida por María Xosefa Insua, de O´Fragón: «Parece como se a xente optara máis por concentrar o gasto nas fins de semana». Un ejemplo, este restaurante fisterrán tiene reservas confirmadas hasta el mes de junio. En el Río Sil, hasta agosto, idéntica fecha que en el Lonxa D´Álvaro de Muxía.