Tiene 30 años y con sus ahorros compró desde adolescente 19 vehículos para uso propio

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Con 20 años, el malpicán Iván Moscoso se puso de autónomo, a los 22 montó su taller, y ahora sigue disfrutando de su pasión por el motor en carcrós a nivel nacional

17 sep 2023 . Actualizado a las 16:43 h.

Hay oficios para los que se nace. Eso dicen. Más aun, todavía, si lo mamas desde pequeño. Es lo que le pasó a Iván Moscoso Bértoa (Cerqueda-Malpica, 1993). Su padre era y sigue trabajando como mecánico para una empresa, lo que hizo que a su hijo Iván muy pronto le picase la curiosidad por este mundillo. «Sempre tiven claro que me quería dedicar a isto, dende que empecei a camiñar. O primeiro recordo que teño é cambiarlle o aceite ao tractor cando aínda era un neno», explica. Eso lo llevó a adentrarse en el motocrós siendo un adolescente. Compitió ocho años a nivel gallego, en los que hizo numerosos podios «a base de horas», comenta entre risas.

Cursó el ciclo medio de electromecánica de vehículos en Ponteceso. Hizo las prácticas en un concesionario de Carballo y fue empleado en un taller de motos, en el que echó dos años, pues con 20 años tomó la decisión más importante de su vida: «Vin que había moito traballo diso e decidín poñerme por min». Así empezó como autónomo, «de maneira improvisada», cuenta. Fue en el 2015, con22 años, cuando montó su propio taller en el bajo de la casa que lo vio crecer en el lugar de Aldeola: Iván Motor. Con el paso del tiempo lo fue ampliando, y en un futuro próximo, «se todo vai ben», apunta, aún quiere seguir creciendo, tanto en términos de espacio como de plantilla. Actualmente trabajan él y otra persona y, cuando hay más carga, contrata los servicios de un autónomo que tiene de mano.

Su taller destaca desde hace ocho años por reparar y hacer el mantenimiento no solo de coches, sino también de motos. No abundan de estos últimos. Pero Iván también se dedica a la compraventa de ambos vehículos y hasta dispone de servicio de grúa privado.

Los inicios no fueron fáciles, reconoce: «Abres con medo, es novo...». Aunque a él le ayudó mucho toda la experiencia adquirida con su padre, resalta. El apoyo de sus progenitores también fue clave para poner el negocio en marcha, admite.

Iván tiene una amplia cartera de clientes, no solo del concello: «Vén xente de Carballo, Arteixo, Vimianzo, Camariñas... Por sorte, teño moito traballo». Por este motivo, dispone de poco tiempo libre. Y en cambio, decide entregarlo a su pasión, el mundo del motor, aunque en otro ámbito: el carcrós. Compite, incluso, a nivel nacional. El cambio de la moto a este vehículo fue para evitar «a cantidade de golpes que levaba», y se produjo a la hora de abrir Iván Motor. «Necesitaba unha estabilidade», bromea ahora. En cambio, con esta modalidad también se llevó algún que otro susto: «En Huesca, tiven un envorco bastante importante. O día que estreaba o coche que teño agora, hai cousa de ano e medio, dei catro voltas de campá. Tivo que pararse a carreira e todo. Non me pasou nada, pero quedei impactado». Compite «por pasalo ben e desconectar», dice. Lo que más le gusta es el ambiente: «Coñecémonos todos, e ao acabar, xuntámonos». Hay «moito nivel», reconoce, con «xente que vive diso»: «Eu ando polo medio». Acude con la escudería Kincar Competición, de Nigrán.

Él se encarga de preparar su coche de competición, como antes hizo con las motos y con sus propios turismos de carretera. Con sus ahorros adquirió «trece motos, polo menos», tres coches de carretera y otros tres de competición. Estos últimos se mueven alrededor de los 20.000 euros, confiesa. «As motos antes eran máis baratas», puntualiza. «Cambias un vehículo por outro, prepáralo ti...».

Lo que más le gusta de su trabajo es «reconstruir» el motor de una moto tras hacerle el mantenimiento. Los clientes de este transporte también procuran una «maior calidade» frente a los de los coches, traslada.

Moscoso Bértoa también da cuenta de otro aspecto que está de plena actualidad en este y otros sectores: la falta de personal: «Non hai persoas para traballar. A que teño comigo empezou de prácticas. Pero a xente tampouco quere pelexar cos mozos».

Él mismo es el primer sorprendido de su temprana emancipación, pero dice estar muy contento, motivo por el que anima a otros jóvenes a emprender.

También preside el motoclub MX Pasión, con sede en Cerqueda, y acude a ver concentraciones de vehículos clásicos.