Los alcaldes gastan medio mandato con grandes proyectos aún sin hacer

t. longueira / s. g. rial / j. lado CARBALLO, CEE / LA VOZ

A LARACHA

JORGE PARRI

A poco más de dos años para las municipales los cajones siguen llenos de propuestas

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los alcaldes, sobre todo los que son nuevos en el cargo, ven como el tiempo en la Administración pasa demasiado rápido y como la distancia entre las propuestas y su efectiva ejecución se hace interminable. Así, a poco más de dos años para las próximas municipales el que más y el que menos tiene alguna de sus principales apuestas todavía en el cajón.

En Carballo se han producido importantes avances en estos dos años, como el PXOM, el contrato del agua, los consellos parroquiales, la oficina de la Policía Nacional, la evolución de las ventas en el polígono o el cambio del césped de As Eiroas. La promesa de seguir humanizando el centro es una realidad, pero la de un gran proyecto urbanístico y comercial en A Milagrosa sigue pendiente, como la «Primavera no Barrio das Flores», donde por ahora solo con alguna obra se ha ejecutado alguna obra como la de la travesía. También espera el plan de accesibilidad sin barreras, el nuevo polideportivo o el parque de patinaje junto al Rego da Balsa. No se ha impulsado ni la Escola de Idiomas ni el Conservatorio.

El polígono industrial de A Laracha, que costó 21 millones de euros, lleva sin apenas actividad desde el 30 de enero del 2012. Poco más de un lustro después solo se han instalado un par de empresas en un área industrial con una ubicación privilegiada, El campo de fútbol de Caión, lleva comprometido desde el 2011.

El Centro de Desenvolvemento Tecnolóxico de Cerceda acumula más de seis años parado. El inmueble costó 2,6 millones de euros del Miner, y ahora el Concello trata darle uso convirtiéndolo en un vivero de empresas. La previsión es que esta iniciativa arranque en junio tras una inversión adicional de 200.000 euros.

La piscina de Malpica, que costó 1,3 millones de euros, sigue sin abrirse al público y el gobierno tampoco tiene mucha prisa porque le supondría al Concello 360.000 euros cada año. Tampoco sale adelante el polígono y el centro comarcal de Buño está en el olvido.

El polígono industrial de Coristanco continúa siendo una quimera hasta el punto de que el alcalde ya da por perdido el proyecto para este mandato. También sigue bloqueada la ampliación del cementerio de Traba y el regidor ve inviable su ejecución con 3,3 millones de deuda.

El polígono de Nantón-Anos, en Cabana, sigue en proyecto, una infraestructura de 890.000 metros cuadrados que el ejecutivo local comprometió en los dos últimos mandatos y que solo es una reserva de suelo en el PXOM.

Ocurre algo parecido en Ponteceso con la ampliación del parque de Tella, para el que ahora el Concello, que no tiene un euro, busca empresarios interesados en acometerla.

En Laxe sigue sin salir adelante el comprometido centro de día y tampoco se ha acometido aún el dragado de la arena del puerto.

Fisterra quizás sea uno de los municipios con más frentes abiertos. El PXOM, que lo condiciona todo, ahora sí parece inminente, pero la regulación del cabo, la gestión del faro y el albergue o la puesta en valor de los castros están atascadas.

En Corcubión siguen esperando por el dinero y el personal para abrir el centro de día y la pretendida reforma de la plaza de Castelao y el entorno aún espera.

A Dumbría se le resiste la nueva pasarela de O Ézaro y la ordenación de los chiringuitos, al igual que una solución para el puente de A Ponte Olveira.

En Cee, el PXOM quedó hace tiempo en un segundo plano, pero lo más acuciante, que es la piscina, acumula un sonrojante año de cierre.

Muxía se las promete felices con el dinero de los eólicos, pero estos fondos no han llegado todavía a Moraime y Touriñán o al entorno de la Barca, donde la Pedra tampoco abala y la ermita tiene un retablo de lona.

Camariñas parece no acabar nunca de fijar su marca para el encaje, Aldea Madeira se pudre y la fachada marítima ha entrado en el capítulo de los sueños.

Zas sigue sin tanatorio y tampoco se ha avanzado gran cosa con el área urbanizable de Baio, mientras que en Vimianzo, aunque con otra vitalidad, queda pendiente el PXOM, abrir la Casa da Cultura de Baíñas, la pretendida piscina cubierta o el entorno del Castillo.

La transferencia de fondos provinciales garantiza poder inversor, pero pone a prueba la gestión

Los concellos, sobre todo los pequeños, se han topado con un regalo de la Deputación en forma de flexibilización de los criterios de los planes provinciales que -en privado, alguno también en público- incluso aplauden los alcaldes del PP. Muchos ya lo veían venir y otros se han adaptado rápido, hasta el punto de que, como el POS+ lo permite, han destinado el máximo posible de fondos a gasto corriente. Esto significa que ahora tienen ahí un dinero con el que acometer proyectos sin las restricciones y la rigidez de plazos que implican las subvenciones tradicionales.

En base a ello, en los próximos dos años se va a ver como los ayuntamientos desembolsan una cantidad inaudita de fondos propios, por así decirlo, aunque no lo sean tanto porque vienen de las arcas provinciales.

Ahora bien, este voto de confianza trae consigo una responsabilidad de gestión mayor, ya que se observará con mucha mayor nitidez la capacidad y la creatividad de cada uno.