El primer festejo de muchos de la nueva era fue muy concurrido

Brais Capelán CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Niños y padres disfrutaron del primer lunes de carnaval tras la frustrada desaparición de la emblemática institución

28 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacía mucha falta una fiesta como la que ayer se vivió en el Casino de Carballo. Han sido meses de preocupación e incertezas sobre el futuro de esta entidad y, aunque todavía no se sabe a ciencia cierta lo que pasará, todos necesitaban desquitarse y festejar juntos el entroido. La sede de Vázquez de Parga albergó la tradicional fiesta de disfraces del lunes de carnaval. Casi un centenar de niños se llegaron a congregar en el histórico edificio, todos ajenos a la importancia que tenía la celebración para los libros que en el futuro contarán la historia de esta entidad.

En el salón del edificio se vieron disfraces de lo más variopinto. Desde un hombre-araña de lo más enérgico -que no dejó de correr de un lado a otro mientras la música sonada a través de dos grandes altavoces- a princesas de cuento de hadas o tortugas ninja. Eso sí, todos parecían estar pasándoselo en grande. Incluidos los padres y familiares que se acercaron al Casino. Junto a sus retoños, bailaban y jugaban, siempre alerta para que no les pasase nada a los protagonistas de este baile.

Pasaron las horas y los juegos y talleres que se habían organizado desde la entidad se sucedieron. «Esta fiesta era muy importante para nosotros. Después de lo que hemos pasado, que se llene el Casino de niños disfrazados en una celebración con tanta tradición en la entidad es algo único», aseguraba una pletórica Ana Casais, miembro de la gestora del Casino, que atendía a los más pequeños caracterizada como un marinero. Quizás no fuera intencionado, pero su disfraz podía perfectamente simbolizar los acontecimientos del Casino durante las últimas semanas. Un barco a la deriva al que solo el trabajo incondicional de su tripulación ha salvado del hundimiento.

A media tarde ya pocos bocadillos quedaban. De hecho, habían preparadas cien raciones de comida y bebida que había sido donada por Sánchez Viqueira, Disboa, Forno Novo y Diego Vázquez. A las nueve, cuando finalizó la fiesta, apenas quedaban 10 barras de pan. Fueron entidades y personas como estas las que hicieron posible esta tradicional celebración.

La fiesta de este lunes de entroido supuso otro hito histórico en la entidad privada, pues por primera vez la celebración fue abierta a todos los carballeses. Los extraordinarios acontecimientos de los últimos meses propiciaron que desde el Casino abriesen la puerta al público y se mostrase como una gran familia.