En junio de 1999, las informaciones sobre dioxinas en animales de origen belga también tuvo su repercusión en la Costa da Morte
21 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Tal día como hoy, en el año 1999, La Voz se hacía eco de una seria preocupación de los carniceros, al menos en Carballo. Ese 21 de junio contaban que en las últimas semanas las ventas de pollo se habían resentido, a raíz de informaciones surgidas en los medios de comunicación acerca de la presencia de dioxinas en los animales de origen belga. Ello creó una alarma social que, aunque venida de lejos, tuvo su impacto en la comarca. La venta de carne de pollo descendió en todos los puestos y tiendas de la capital de Bergantiños. Pese a todo, no hizo falta que pasase mucho tiempo para que todo volviese a la normalidad: cifraban la reducción incluso a la mitad, pasando de 24 pollos a 12. Para frenar el miedo, los propios responsables de los negocios elaboraron carteles informando de la procedencia de los animales: «Pollos de Galicia», se leía en el documento colgado en uno de los locales carballeses, por ejemplo. «O que hai que facer é informar á xente», comentaban hace ahora ya 18 años.