Todas las calles del casco urbano de Carballo estarán limitadas a 30

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCÍA

El gobierno local modificará la ordenanza de tráfico, que incluye más cambios

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El casco urbano de Carballo tendrá todas sus calles limitadas a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Seguramente, ya a finales de año. El gobierno local lleva un tiempo trabajando en los cambios. Ya ha habido una reunión con los técnicos, y tras el San Xoán se celebrará la segunda, explicó ayer Milagros Lantes, la responsable de Mobilidade. No habrá una ordenanza nueva: se modificará la actual, con más cambios que la velocidad, pero esta será la modificación más trascendente. Irá a pleno, habrá la necesaria exposición pública y alegaciones, y tal vez ya en noviembre -es un plazo estimativo, depende de varios factores- esté lista.

El tema no es nuevo, pero ahora tendrá carta de naturaleza. Ni siquiera supondrá una gran revolución en las arterias principales, puesto que hace ya tiempo que los límites de 30 se pueden ver en numerosos puntos, sobre todo donde hay badenes o cojines berlineses: Luis Calvo, Vila de Negreira, último tramo de la Vázquez de Parga en dirección a A Coruña... La diferencia es que ahora existirá un criterio único para todas las vías, siempre que sean travesías urbanas, con todas sus características (calles urbanizadas, que son casi la totalidad). Seguramente se mantenga alguna excepción por seguridad, como ocurre por ejemplo al lado de los colegios o en vías semipeatonales. Junto al centro de A Cristina, el límite está en 20, lo mismo que en la Valle Inclán o la martín Herrera, o en zonas de peligrosidad y escasa visibilidad como una curva de Razo da Costa. Pero se evitarán variaciones como las que se encuentran en otro tramo de la Vila de Negreira, donde aparece a 40, o incluso en la parte alta de la Gran Vía, que está a 50. En las salidas del casco, ya en carreteras provinciales o autonómicas, se pueden ver las indicaciones máximas de 60 o 70 con muy pocos metros de diferencia.

Lantes señala que las modificaciones también afectarán a determinados aspectos de la zona azul, los espacios de carga y descarga o los indicadores en las vías semipeatonales. Con todo, queda tiempo aún para su desarrollo.

Vilagarcía, última en incorporarse

 

 

Cada vez son más los pueblos y ciudades que se unen a las limitaciones de 30. La última ha sido Vilagarcía, con una colocación simbólica el pasado día 9 de unas señales en este sentido, preludio de lo que está por venir.

Es un tema del que se habla a menudo en foros especializados, como el de la Red de Ciudades que caminan del que Carballo forma parte (y es miembro de la directiva). En el último encuentro, celebrado en octubre del año pasado en Torrelodones, participaron Milagros Lantes y el arquitecto Alfredo Garrote, y ya avanzaron que irían por ahí las iniciativas. De hecho, fue el tema estrella, e incluso existe un grupo de municipios denominado Alianza Ciudades 30 km/h. Pontevedra, Irún o Ansoáin han establecido límites genéricos en todo su casco urbano, como quiere hacer Carballo, y han sido reconocidos por ello.

La organización cita numerosas ventajas al adoptar este cambio: «El número y la gravedad de los accidentes se reducen considerablemente: a 30, un peatón atropellado tiene más del 90 % de posibilidades de sobrevivir. En aquellos municipios de la red en los que se ha reducido la velocidad, los accidentes graves han disminuido un 80 %». Más: «La reducción del nivel del ruido del tráfico a 30 km/h es considerable (3 decibelios). Se mejora la calidad del aire ya que se emiten menos gases, lo que contribuye a una mejora general de la salud, ayudando a mitigar el cambio climático ya que una velocidad inferior significa menos emisiones de CO2. Y, además, garantiza un flujo de tráfico constante con menos atascos y congestiones, y consigue que caminar, pasear en bici o utilizar el transporte público sean actividades más agradables». También se reducen señales y semáforos.