Los muros de la imaginación del Alfredo Brañas

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

CEDIDA

Alumnos del instituto homenajearon el trabajo de creación artística que impregna medio centenar de paredes de Carballo

22 jun 2017 . Actualizado a las 13:33 h.

La graduación de este año del instituto Alfredo Brañas fue especial. Los alumnos de segundo de Bachillerato mantuvieron las costumbres habituales, pero además presentaron un vídeo en el que homenajearon el proyecto Derrubando muros con pintura, incluido el Rexenera Fest y otras actividades paralelas. Nueve chavales prepararon a conciencia la figuración de murales reproducibles, y el resultado fue un éxito, como comprobaron durante su pase público ese último día del curso. Lo hicieron en formato vídeo (un carrusel de imágenes) con música, algunos emoticonos y dibujos, y un planteamiento escénico interesante, que pasó por las manos de Javier Fraga. 

La directora del centro, Mónica Mariño, explica que la idea se gestó en Navidades, cuando comentó con Fraga la posibilidad de preparar ese homenaje, al tiempo de ser una actividad artística y didáctica. Curiosamente, uno de los alumnos que podría participar (pidieron voluntarios entre las cuatro clases de segundo) se parece mucho a uno de los reproducidos en una pared. Fue una especie de espoleta, aunque el planteamiento es mucho más amplio. La idea estaba ahí, pero se fue demorando, y al final en Semana Santa pusieron todo el empeño que faltaba y terminaron las fotografías. No solo las que se ven: cada una tiene muchas antes y después, una especie de making of que ayuda a comprender la elección.

En el estreno había nervios, pero todos quedaron encantados, incluido Xosé Regueira, edil que con su empeño ha propiciado que Carballo se llene de obras artísticas. No fue la única manera de hacerlo. El salón de actos del instituto, por el que han pasado miles de alumnos en ya casi medio siglo de funcionamiento, se ha modernizado con las dos grandes paredes pintadas, con una reproducción muy colorista de la obra Splat de Sol Lewitt. Estuvieron a cargo dos profesores del departamento de dibujo, pero también cooperaron alumnos de primero y segundo de esa asignatura. Fue posible, señala Mónica Mariño, gracias a que tanto desde la oficina técnica municipal, como desde el consello escolar, y desde la propia área de Regueira el apoyo fue pleno. También porque dirección, profesores implicados y alumnos tiraron del carro, y el resultado está a la vista. Tanto, que seguramente para el próximo curso toque pintar el techo. Y, aunque es pronto para decirlo, tampoco sería muy extraño que algunos de los muchos murales que se han quedado fuera cobrasen vida por unos minutos.