El San Xoán de otros tiempos, y de estos

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CARBALLO MUNICIPIO

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay carballeses como Ricardo Vilas -y seguramente alguno más- que coleccionan programas de fiestas del San Xoán de Carballo y los atesoran con un cariño comprensible: sin ser actas plenarias (¡quién las quiere!), son el reflejo de épocas pasadas, cada vez más lejana, y su lectura ayuda a ejercitar le memoria y nos recuerdan cómo éramos, y cómo eran.

Yo no tengo esos ejemplares, pero gracias a la excelente hemeroteca de La Voz (una nueva herramienta que estos días es de acceso libre, vale la pena zambullirse en ella para matar el calor de la curiosidad) es también posible saber cómo eran aquellos programas, tanto por la información realizada como por la publicidad.

Así, el 24 de junio de 1961 (las fechas están cogidas al azar), y bajo una imponente foto aérea de Carballo, se anunciaba que en los festejos aguardaban «dos novilladas y una iluminación extraordinaria de 15.000 bombillas, novedades especiales». Julio Pazos Abelenda y Pedro Flores González, presidente y vicepresidente de la comisión de fiestas, explican que actuarán Los Trovadores y Los Satélites, lo mejor del momento entonces en A Coruña.

En 1971 también hablan en La Voz los responsables: Manuel Mariño García, Bautista Rodríguez Regueira, Santiago Loureiro González, Justo Martínez Cabal y Gregorio Castro González. Manejaban un presupuesto de 600.000 pesetas (en el caso la anterior, del 61, eran 130.000). Una sexta parte procedía del Concello. Cuatro de ellos posan en una foto «junto a un vetusto y enorme carballo, símbolo de la villa». Elogian la Festa do Bosque (entonces aún se denominaba Bosque do Añón de Don Sancho, y se resalta que se comerá «pan de Carballo») y que se trata de un programa «para todos», expresión que sirve para todas la comisiones de fiestas de España con independencia de la época. En el programa de ese año actuaba la Banda de Música de Corme, los Trovadores (unos fijos), Los Key y Los Bardos, entre otros.

Ya en 1979, las fiestas se abrían un día como hoy con el pregón de Gonzalo de la Huerga Fidalgo, juez, y la actuación de la Coral Polifónica de Bergantiños. Los fuegos artificiales eran el 23. Las bandas de granaderos de Ferrol y A Coruña actuaban por las calles, lo mismo que los gigantes y cabezudos y las marjoretes. Sintonía de Vigo y Os Breogáns se reservaban para el día grande. Y el 25, novillada. Todo estos, entre otras muchas actividades.

Son solo tres misceláneas de muchas que se pueden leer para comprobar cuánto han cambiado los festejos en poco más de medio siglo. Hoy, algunas de aquellas diversiones serían impensables. Traer la mejor música y llenar el pueblo es la filosofía que nunca falla.