La familia del joven desaparecido en Lires agota sus esperanzas

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CEE

Azucena sostiene una foto reciente de su hermano Martín, con su padre postrado en cama.
Azucena sostiene una foto reciente de su hermano Martín, con su padre postrado en cama. fotos < / span>xesús búa< / span>

Claman por más medios policiales para encontrarlo del modo que sea

27 sep 2022 . Actualizado a las 14:05 h.

Treinta y tres días después de la fatídica madrugada del domingo 31 de agosto, la situación en casa de los Lodeiro Fernández, junto a la antigua escuela de Lires (Cee), es de desconcierto, impotencia y verdadera desesperación, porque ya no saben qué hacer para localizar a Martín, el joven de 24 años desaparecido sin dejar la más mínima pista.

Su hermana Azucena explica que en los días previos había discutido con la joven con la que mantenía una relación y con la pareja de esta. Que se fue de casa sobre las 02.45 horas y que, cuando pensaron que se había ido a dormir con ella, descubrieron que faltaba, que ni siquiera se presentó por la mañana en la clínica Modelo de A Coruña, a donde tenía que acudir porque se encontraba de baja debido a la reciente operación en un dedo.

Entre medias de las discusiones y la desaparición le envió varios mensajes a amigos y conocidos alertando de su situación desesperada, pero con el paso de los días «parecía que estaba máis calmado», explica la hermana, para quien las crisis de ansiedad por las que atravesaba frecuentemente el joven estaban más o menos controladas en las últimas fechas.

Desde entonces todos los intentos por dar con su paradero, con múltiples llamadas a su móviles que están apagados, inspecciones de las pistas y montes del contorno e incluso contactos con los familiares que están fuera de Galicia han sido inútiles. Incluso la investigación que lleva la policía judicial de la Guardia Civil de Carballo -este lunes les tomaron muestras de ADN para cotejarlas- está resultando completamente infructuosa.

Azucena y su padre, que está encamado y no se puede mover, dicen que le dan «50.000 voltas á cabeza», pero no logran explicación alguna, sobre todo después de que en este mes largo ni siquiera se haya visto su coche.

La hermana explica que «no banco non tocou para nada» y que los teléfonos, «un está sempre apagado» y el otro hace unos 15 días sonó tres veces a llamadas de un vecino, sin que nadie respondiese y sin que, al menos aparentemente, se haya vuelto a activar. De ahí que, dentro de sus elucubraciones, también entre la posibilidad de que ese terminal lo tenga otra persona, pero nada hay de cierto. En los últimos días, ni siquiera pistas falsas, con lo que la familia ya se pone en lo peor y, sobre todo, reclama que se pongan todos los medios policiales disponibles para dar con Martín y acabar con una agonía que les mantiene en un sinvivir constante.