Enésimo bochorno en el pleno de Coristanco

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CRÓNICA MUNICIPAL

CORISTANCO

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los plenos de Coristanco se han convertido en discusiones de taberna. Todos hablan y todos opinan. Lo hacen en voz alta, interrumpiendo las sesiones y con una absoluta falta de respeto por los políticos que representan a los vecinos. Anteayer se vivió el enésimo bochorno.

El salón de plenos estaba hasta los topes, como viene siendo habitual. Algunos portaban folios con los que pretendían, al final de la sesión, mostrar su disconformidad con una empresa que montó una planta de residuos en A Furoca.

La sesión arrancó con normalidad. Gobierno y oposición discrepaban en los asuntos tratados. PP y PSOE volvían a coincidir en algunos puntos debatidos, como el rechazo al pago de 9.229 euros a una empresa que vendió ocho equipos informáticos al Concello con el reparo de intervención. Fue una propuesta que salió adelante por el voto de calidad del alcalde, Amancio Lavandeira, ante la ausencia de Laura Mariño (BNG) y Juan García Velo (PP). Hubo momentos, incluso, para el sarcasmo cuando se abordó el pago de una multa de un empleado municipal por exceso de velocidad en un coche del Concello. El Ayuntamiento abonó los 100 euros impuestos «por interese xeral», algo que indignó al edil socialista, Abraham Gerpe, quien llegó a decir que «polo menos ao Concello non lle retiraron os puntos do carné».

Pero el pleno entró en otra fase. Loli Taibo, edila de Servizos Sociais, sufrió un desmayo. Tuvo que ser asistida de urgencia y, aunque recuperó la consciencia, volvió a desplomarse cuando trataban de sacarla de la sala para que le diera el aire. Fueron momentos complicados. Se llamó al 061, que tardó unos 30 minutos en enviar una ambulancia. Hubo un momento en el que los sanitarios ordenaron al agente de policía que cerrara la puerta del salón de plenos. Entonces algunos asistentes demostraron una verdadera falta de respeto. Que si la edila fingió el desmayo para parar el pleno. Que si habría que pedir unas pizzas por si la evacuación se prolongaba en el tiempo. Bromas de mal gusto mientras los sanitarios trataban de estabilizar a la concejala. Ya de regreso a la sala, Amancio Lavandeira solicitó a la oposición dejar los puntos pendientes encima de la mesa. Hubo acuerdo, pero algunos asistentes no estaban dispuestos a dejar de ser protagonistas. Gente en pie, vociferando y mostrando los carteles reivindicativos. Una mujer soltó a un cariacontecido alcalde una bravuconada: «Se vós non regulades os plenos farémolo nós». A partir de aquí, el esperpento. Laura Tasende (TeGa) se enfrentó a varios vecinos y pidió, con poco éxito por cierto, respeto por su compañera. En fin, un bochornoso espectáculo. El alcalde debería tomar ya cartas en el asunto. Una cosa es discrepar y otra bien distinta es pensar que un representante político es un colega de taberna.