El mercadeo por el bastón de mando

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CRÓNICA

CORISTANCO

21 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cuánto cuesta un sillón de alcaldía? ¿60.000 euros? ¿100.000? ¿150.000? ¿Un piso en A Coruña y 300.000 euros? Sonrojante hablar de semejantes cantidades cuando mucha gente apenas llega a fin de mes o no tiene ni para pagar la contribución urbana. Coristanco es un municipio venido a menos. Perdió en veinte años el 25 % de su población: de 8.416 censados en 1996 a 6.426 en el 2016. La deuda del Concello sigue una tendencia inversa, tanto, que las arcas municipales están más tiesas que el palo de una escoba. Cada vecino tendría que poner de su bolsillo 500 euros para liquidar de un plumazo los números rojos con proveedores y bancos. Pero algo debe tener el bastón de mando que, como si de un mercadeo barato se tratara, se ofrecen verdaderas locuras por hacerse con él.

La denuncia presentada por la edila de Terra Galega Laura Tasende Cancela en el juzgado de Carballo por un presunto soborno contra un empleado municipal y por la que la concejala tendrá que declarar el 18 de julio, representa solo la punta del iceberg de una situación que se lleva larvando desde hace dos años en Coristanco: una moción de censura.

De puertas para fuera todos los actores lo niegan. Niegan que haya un intento de derrocar a Amancio Lavandeira, pero los movimientos los hubo. Y los hay. Y muy intensos por cierto.

Empezaron nada más conocerse que el PP había perdido la mayoría absoluta en mayo del 2015 por un puñado de votos. Hubo intentos encarnizados por evitar que Terra Galega llegase al poder. Todas las miradas se centraron en el entonces candidato socialista, Abraham Gerpe, que tuvo que aguantar un verdadero linchamiento político y vecinal a través de la redes sociales. Le ofrecieron el oro y el moro, pero la realidad es que las negociaciones entre el PP y el PSOE fracasaron. Incluso el día de la investidura hubo llamadas a las 3 de la madrugada para intentar revertir esta situación. Pero fracasaron. Abraham no fue al único al que intentarían hacer cambiar de opinión con un oferta suculenta, con maletín de por medio, aunque también fracasaron.

El mandato arrancó con un tripartito, que pronto hizo aguas. Dos años después, Terra Galega perdió los apoyos del PSOE y del BNG. Pero la sorpresa fue la renuncia irrevocable de la edila de Xuventude e Deportes, Verónica Facal Rodríguez, que mantiene el acta y pasa a ser edila no adscrita. La sombra de una moción de censura planea ahora más que nunca. Todos lo niegan. Antonio Pensado, Abraham Gerpe, Laura Mariño, Verónica Facal... Pero las llamadas continúan. Dos son los escenarios: que el PSOE o el BNG apoyen al PP (algo improbable), o que el PP avale una moción de censura que presenten Facal o Gerpe. Repito, todos lo niegan, pero alguien anda ofreciendo, supuestamente, miles de euros y maletines a cambio de que el bastón de mando cambie de manos.